Bernat Estelrich Santandreu

El primer cadáver en ser hallado fue el de Bernat Estelrich Santandreu, de 83 años. Apareció muerto en su vivienda en la calle Ordinas, muy cerca de la zona cero de la riada. Oriundo de Sant Llorenç, estaba soltero y vivía solo. Era una persona muy activa, conocida y querida en el pueblo. Su ahijado, Jaume Estelrich, explicó que por la tarde él miraba la tele, por lo que está seguro de que se durmió en su butaca viendo la película de vaqueros hasta que vino la ola. El fallecido fue hallado sentado en su butaca. La mecedora flotaba dentro de la salita, ubicada al fondo de la casa.

Joana Ballester Femenías

Poco después y cerca de allí se encontró el cuerpo de Joana Ballester Femenías, de 89 años, en la planta baja de la carretera de Son Servera, donde residía. Su hijo, Miquel Oliver Ballester, la encontró muerta dentro de la cama en su habitación. «Me temía lo peor. Éramos tres guardias y yo. Pudimos entrar con una cuerda pegada a la pared. Serían las ocho y media o las nueve de la noche del martes. El agua nos llegaba a la cintura», relató.

Juan Grande Sillero

El taxista de Cala Millor Juan Grande Sillero, conocido como ´Moncho´, llevaba a una pareja de turistas a un hotel de Cala Bona cuando el agua arrastró el vehículo. La Guardia Civil encontró el taxi a las dos de la madrugada del miércoles en la desembocadura del torrente en s´Illot.

Andreas Körlin

El periodista alemán Andreas Körlin, de 57 años, se dirigía al aeropuerto en su vehículo para ir a recoger a un amigo. Redactor del periódico Neue Presse, había cumplido su sueño de comprarse una casa en Mallorca, donde residía largas temporadas hasta que la catástrofe de Sant Llorenç acabó con su vida.

Rafel Gili

Rafel Gili Sastre, de 71 años, exalcalde de Artà, también encontró la muerte a causa de las gravísimas inundaciones de Artà y Sant Llorenç. Fue hallado casi a medianoche sin vida en el garaje de su casa, un chalé a las afueras de pueblo de Artà, en la carretera de Canyamel. Se vio sorprendido por la riada cuando una de las paredes de su garaje se vino abajo. Su mujer estaba también en la vivienda y resultó ilesa.

Biel Mesquida

Biel Mesquida Salas, de 56 años y muy querido en Sant Llorenç, regresaba el martes a su casa, en la zona de Son Vives, en los alrededores del pueblo. La crecida bloqueó su furgoneta cuando se encontraba a unos 50 metros de la vivienda. Al parecer, decidió apearse y tratar de llegar andando hasta el inmueble. No lo consiguió. Sus allegados difundieron una fotografía a través de las redes sociales localizarlo.

Joana Lliteras Planas

Joana Lliteras, la ya conocida como la madre coraje, farmacéutica de Manacor, de unos 40 años, iba en el coche junto a dos de sus hijos, de 5 y 6 años. En la rotonda de la salida de Sant Llorenç hacia Son Carrió, la riada empezó a arrastrar su turismo. La mujer logró sacar a su hija menor, Úrsula, que fue rescatada por un ciclista alemán mitad de la riada. Joana y su hijo, Arthur, acabaron desapareciendo junto a su Hyundai negro.

Arthur Robinson Lliteras

Arthur Robinson Lliteras, encontrado una semana después de la catástrofe. Tenía seis años e iba en el coche con su madre Joana Lliteras y su hermana Úrsula. Después de encontrar el cuerpo de su madre, los equipos de rescate se volcaron en la búsqueda del pequeño, que se prolongó más de una semana. Su cuerpo fue hallado ayer a escasa distancia de la rotonda en la que el agua engulló el coche de su madre.

Anthony y Delia Mary Green

Los cadáveres de los turistas escoceses que iban en el taxi adaptado de Juan Grande fueron rescatados por los buzos del Instituto Armado en la desembocadura del torrente de s´Illot. Él tenía 77 años y ella, 75; sufrían movilidad reducida y acababan de llegar al aeropuerto de Son Sant Joan para pasar sus vacaciones en Mallorca y reunirse con su hijo. Tenían tres vástagos y varios nietos, y estaban muy ilusionados por el viaje, según contaron sus vecinos de Moffat, Escocia.

Tine Noig

Intensa fue también la búsqueda de una mujer holandesa de 80 años de la que no se tenían noticias desde la riada. Su desaparición atrajo la atención de los medios de su país, que pusieron el foco en la tragedia de Mallorca. La anciana apareció finalmente muerta en la zona de Son Carrió.

Mike y Petra Kircher

El matrimonio formado por los alemanes Mike y Petra Kircher, de 61 y 63 años y residentes en Mallorca, vio la muerte el martes 9 de octubre dentro de su vehículo cuando circulaban entre Artà y Capdepera. El cadáver de él fue encontrado días después, mientras que el de su mujer se halló con anterioridad arrastrado por la riada.