El Ayuntamiento de Ibiza y el de Sant Josep discrepan sobre la denuncia que un asalariado del taxi ha presentado ante la dirección general de Trabajo del Govern balear por trabajar seis meses sin librar ningún día. La primera teniente de alcalde de Sant Josep, Paquita Ribas, del PSOE, no sólo asegura que esta persona «debe ser la única que no libra», sino que también indica que la acumulación de cansancio (por la falta de jornadas de descanso) «no provoca un mal servicio ni un exceso de peligrosidad» en la carretera. «Si hubiera accidentes por esto, habría que comprobar qué está pasando, pero no hemos recibido quejas por mal comportamiento de taxistas ni problemas con el sector. Estamos generando un problema donde no lo hay. Yo no lo veo», explica Ribas.

El concejal de Movilidad de Vila, Juan José Hinojo, de Guanyem, que gobierna con el PSOE, mantiene una posición diametralmente opuesta y asegura ser «absolutamente consciente» del peligro que entraña para la seguridad vial la falta de descanso de los taxistas porque «lo han denunciado muchas veces» los propios asalariados del municipio. Hinojo asegura que se tiene que «aplaudir» la decisión del asalariado de denunciar ante la conselleria de Trabajo, además de pedir asesoramiento sindical para «tratar de solucionar el problema». «Este es el camino».

Los dos concejales de la izquierda, al igual que Joan Torres, edil de Transportes de Sant Antoni, del PI, coinciden en que los ayuntamientos no pueden regular las libranzas de los empleados del sector del taxi porque es una cuestión laboral de una empresa, en la que no se pueden inmiscuir porque no tienen competencias para ello.

Las reglas del juego

Paquita Ribas pone como ejemplo el caso de la concesión del servicio de recogida de basura. «Nosotros no nos metemos en cómo se debe organizar la empresa con sus trabajadores. Y ellos mismos se organizan y defienden si tienen algún problema con su empresa», apunta. «Creo que el problema [de la denuncia por la falta de libranzas del taxi] es cosa de dos o tres personas que no lo entienden. Hay más de mil personas trabajando en el taxi y si alguien tiene un problema que lo solucione. No podemos cambiar las reglas del juego de un sector porque una persona no esté de acuerdo», añade.

La primera teniente de alcalde reconoce que el Estatuto de los Trabajadores determina que se deben trabajar 40 horas a la semana, pero apunta que aquellos asalariados que quieren trabajar más «lo hacen voluntariamente». «A nadie se le puede obligar. A los propios trabajadores que vienen a hacer la temporada les interesa hacer horas», destaca, al tiempo que asegura que los asalariados sí tienen días libres, aunque no estén regulados en un calendario. «Mucha gente se toma un fin de semana o unos días para celebrar la comunión del hijo o lo que sea. No es verdad que no libren ningún día», defiende Ribas, quien indica que conoce «bien» este sector porque en su familia «siempre ha habido taxistas». «Es un trabajo que se lleva mejor o peor, no todo el mundo sirve. No creo que se abuse de ningún trabajador o que se le obligue a hacer algo que no quiere», agrega.

El camino a seguir, según Hinojo

Hinojo admite que, pese a que la asociación de asalariados de Vila le ha manifestado, dice, que quiere que «existan unas garantías y una regulación de los días de descanso, la gente prefiere trabajar cada día para ganar todo el dinero posible». «Políticamente, no es el camino a seguir en ningún sector del mundo del trabajo, ya sea el del taxi el de la construcción o el metal», indica.

Así, el concejal de Movilidad de Vila considera que «el buen camino» es el que ha adoptado el denunciante y que, mediante «un convenio colectivo, del que carece el sector, negociado por las dos partes, se debería regular esta cuestión. «Pero el Ayuntamiento no puede entrar en ello, al igual que no lo hace, por ejemplo, con la concesión de la basura», matiza.