El Consell de Ibiza cuestiona la viabilidad de que la futura estación de autobuses de Santa Eulària se ubique en la carretera de es Canar, junto a la residencia de Can Blai, y pide que el Ayuntamiento justifique este emplazamiento. En un informe sobre la modificación puntual de la normativa urbanística que tramita el Consistorio para ajustar algunas condiciones del terreno donde se prevé esta infraestructura, además de un nuevo colegio, y en la que también se incluyen cambios en 29 unidades de actuación del núcleo urbano, el Consell dice que el emplazamiento de la futura estación no coincide con la prevista en el plan director de Transportes ni en el de Movilidad.

Dichos documentos contemplaban situar la estación en el centro de la localidad, en la parada situada detrás de la sede del Ayuntamiento. Así, el servicio de Transportes del Consell indica que ubicar la estación a un kilómetro de distancia del centro , «podría llegar a perjudicar la demanda al penalizar al usuario por alejarlo del punto final de destino». «Cabe llevar a cabo un estudio de alternativas y de movilidad de toda la zona», recomienda el Consell en el informe remitido a la Comisión de Medio Ambiente de les Illes Balears.

Financiación del Govern

Desde hace años, el Ayuntamiento reivindica al Consell que construya esta infraestructura. El gobierno insular de la izquierda, que no ha incluido la construcción de esta estación en el nuevo plan insular de transporte regular de viajeros por carretera, pretende que sea el Govern balear el que financie este equipamiento.

El concejal de Urbanismo, Mariano Juan, resta importancia a la petición del Consell de que se haga «un estudio de viabilidad» y considera que «no será ningún problema». Juan recuerda que el emplazamiento previsto, junto a la residencia de Can Blai, ya figura en las Normas Subsidiarias (NN SS) que, destaca, fueron aprobadas de forma definitiva por el Consell en 2011. «Llama la atención este argumento. No se reubica la estación, se cambia su morfología, que ahora tiene forma de ocho y pasa a ser cuadrada», explica el edil.

El Consistorio también ha justificado ante la Comisión de Medio Ambiente que la modificación puntual del planeamiento urbanístico no altera el emplazamiento de la estación, al tiempo que indica que, en su día (2011), se propuso esta ubicación porque «no cabe» en el centro de la localidad.

Además, el Ayuntamiento destaca que el propio informe de la sección de Transportes del Consell indica que los efectos negativos apuntados se pueden subsanar con el mantenimiento de la actual parada del centro, que, recalca el concejal, «no se prevé cambiar».

Un portavoz del Consell puntualiza que la institución insular no se opone, de entrada, a que la estación se sitúe junto a Can Blai, pero defiende que el Ayuntamiento tiene que «justificar» el cambio de ubicación con respecto a lo previsto en el plan director de transportes y en el de movilidad.

La Comisión de Medio Ambiente acordó en julio forzar al Consistorio a tramitar una evaluación de impacto ambiental estratégica ordinaria de esta modificación puntual de la normativa urbanística, en vez de una simplificada, mucho más simple y rápida, como pretendía el equipo de gobierno.

Más plazas turísticas

El órgano ambiental de la Comunitat Autònoma se basa en que, de la documentación aportada por el Consistorio, se desprende que las actuaciones previstas podrían tener «efectos significativos» sobre el medio ambiente, lo cual «se tiene que analizar y evaluar».

Esta modificación urbanística implica cambios de uso y un incremento de plazas turísticas. En concreto, en la zona de Cas Capità se prevé ampliar de 300 a 500 las plazas turísticas, cambiando el uso residencial por el turístico. A cambio, se ampliará la zona verde y se cederá un solar al Consistorio para construir un parking público subterráneo. Esta modificación afecta también a la construcción de un edificio de aparcamientos en el casco urbano, el nuevo colegio (la tramitación está retrasando la cesión del solar a la conselleria balear de Educación), un centro social y el proyecto de museización de los restos arqueológicos del yacimiento de Puig d'en Valls situado debajo de Mercadona, entre otras cosas.

Juan sostiene que el Ayuntamiento ha podido convencer a la Comisión de Medio Ambiente de que esta modificación urbanística, que sólo afecta a suelo urbano (salvo una pequeña franja rústica, el 0,015% del total del núcleo urbano), no supone ningún impacto importante. Por ello, asegura el concejal de Urbanismo, el presidente del órgano ambiental de Balears «se ha comprometido» a que en diciembre o en enero, «como máximo», se apruebe la evaluación de impacto ambiental ordinaria. Juan apunta que, sin este compromiso, la tramitación se podría demorar más de un año.