La costa oeste y noroeste de Ibiza es un auténtico sumidero de microplásticos, según acaba de poner de manifiesto otro estudio realizado sobre la materia por expertos del Centre d'Estudis Avançats de Blanes (Girona), después del que se elaboró hace pocos años por los mismos responsables.

En concreto, la arena de la playa de Cala d'Hort es, con diferencia, la más contaminada de plástico no sólo de las Pitiusas, sino de todo el litoral catalanobalear, puesto que la concentración detectada en su línea de marea (es decir, hasta allí donde llega el oleaje habitual) alcanza picos de 140 partículas por metro cuadrado, muy superior a las 10 ó 20 que se registran en el resto de playas analizadas e, incluso, a las 50 partículas medidas como máximo en la playa de la Barceloneta (Barcelona), en plena ciudad.

Este fue uno de los datos que dieron a conocer ayer los investigadores del citado centro científico Gemma Agell y Luis Francisco Ruiz-Orejón, que han coordinado un programa educativo-científico con centros de enseñanza de las Pitiüses para contabilizar el número de microplásticos de la costa insular. La iniciativa, llamada Plàstic 0, ha sido impulsada por el Grup d'Estudis de la Naturalesa (GEN).

Una investigación realizada entre 2010 y 2015 por un grupo del que formaba parte el propio Ruiz-Orejón ya reveló que la cantidad de plástico en el mar ibicenco (en aguas superficiales) multiplica por 30 la media del Mediterráneo.

El nuevo estudio, igual que aquél, revela que la mitad occidental de la isla es la más afectada. De las siete playas analizadas en Ibiza y las tres de Formentera, las de Sant Antoni y Benirràs, aparte de Cala d'Hort, han arrojado los datos más preocupantes.

Los plásticos detectados en las playas pitiusas en el programa son de dos tipos: bolitas de muy pocos milímetros de diámetro, llamadas pelet, que es plástico aún en bruto y que se usa como materia prima para fabricar objetos de este material. Los mesoplásticos, por su parte, son elementos de mayor tamaño.

«Las concentraciones de mesoplásticos decrecen durante el verano, debido sobre todo a las campañas de limpieza, pero los microplásticos tienen una presencia más estable, porque al ser tan pequeños no se pueden limpiar», señaló Ruiz-Orejón.

El origen de esta situación radica en dos factores. Por una parte, los plásticos hallados en la línea de marea de la playa provendrían en gran parte de las corrientes marinas que atraviesan el Mediterráneo y que acaban depositando en las costas ibicencas contaminantes de Italia, Francia o la zona de Cataluña, por ejemplo. En cambio, los plásticos de la línea media de la playa (donde no llega el mar) procederían directamente de la propia isla y su población.