La presión urbanística en las Pitiusas se ha desplazado en los últimos años desde Vila y Sant Josep (tradicionales focos de expansión constructora) a Sant Joan y Formentera, además de Santa Eulària, aunque este último municipio nunca ha dejado de ser un festín para los promotores e inmobiliarias.

Los datos que acaba de dar a conocer el Institut Balear d'Estadística (Ibestat) ponen de manifiesto que en el último año con datos completos y definitivos, 2016, no se otorgó ni una sola licencia para viviendas o edificios de nueva planta en tres municipios: Vila, Sant Josep y Sant Antoni, algo inimaginable hace pocos años. En cambio (y eso supone también una novedad), el Ayuntamiento de Sant Joan otorgó permisos para nada menos que 28 inmuebles, de los que 22 son de uso residencial y el resto, para otras funciones. Es exactamente el mismo número de casas que aprobó Santa Eulària en ese mismo año. Y Formentera, pese a su reducido tamaño, aprobó 12 edificaciones, casi todas ellas residenciales.

Esas construcciones, traducidas a viviendas de nueva planta (no se incluyen rehabilitaciones), equivalen a 12 en Formentera, 36 en Santa Eulària, 21 en Sant Joan y ninguna en Sant Josep, Sant Antoni y Vila.

Sant Joan: 112 casas en 6 años

Estas son las cifras de 2016, pero si se analizan los datos del Ibestat (basados siempre en licencias de obras concedidas por los ayuntamientos), se observa que la tendencia es siempre parecida desde el año 2010. En seis años, Vila ha autorizado nueve edificios para únicamente 17 viviendas, mientras que Sant Antoni ha aprobado 19 casas para 64 viviendas. En Sant Josep se levantaron 91 para 84 viviendas, pero esta aparente paradoja (menos viviendas que edificios) se debe a que siete inmuebles no eran residenciales. En cambio, llama la atención el hecho de que Sant Joan, con gran parte de su territorio protegido e inedificable, aprobó 112 edificaciones de nueva planta para 98 viviendas en ese mismo periodo, mientras que Santa Eulària hizo lo propio con 141 casas para 164 viviendas, el récord absoluto de las Pitiüses.

La isla de Formentera presenta, sin embargo, la mayor intensidad edificatoria de las Pitiusas, debido a su escasa extensión y el elevado número de licencias concedidas.

Con apenas 83 kilómetros cuadrados (frente a los 121 de Sant Joan, por ejemplo), Formentera aprobó en el periodo 2010-2016 un total de 92 casas de nueva construcción, que se traducen en 122 viviendas.

Una de las explicaciones a la práctica congelación del crecimiento en el municipio de Ibiza consiste en que la actual depuradora agotó hace ya años su capacidad de tratamiento de aguas residuales y no puede asumir nuevos crecimientos urbanísticos. Durante el mandato de Lurdes Costa, el Govern balear prohibió al Ayuntamiento mediante un decreto que autorizara nuevas licencias para viviendas mientras no estuviera en funcionamiento una nueva depuradora, que aún está en construcción.

Todas estas cifras no tienen en cuenta el efecto que pueda haber causado la moratoria urbanística que aprobó el Consell en diciembre de 2016 y cuyos efectos se notaron a partir de 2017.

Mientras tanto, la rehabilitación y reforma de viviendas sigue siendo una actividad que genera un importante negocio en el sector. Por cada tres licencias que se otorgan para la edificación de una nueva casa, se concede una para rehabilitación, según demuestra la estadística del Ibestat.