Una pequeña colonia de cangrejo azul se ha instalado en aguas ide Santa Eulària. Una avanzadilla compuesta por media docena de ejemplares de Callinectes sapidus ha ocupado ya posiciones. Este crustáceo está invadiendo varios lugares de la Península Ibérica, entre ellos el delta del Ebro, donde las autoridades ya se han visto obligadas a tomar medidas drásticas. En julio ya se detectaron cuatro ejemplares en ses Salines.

Este viernes un padre y su hijo paseaban por la desembocadura del río de Santa Eulària cuando divisaron varios ejemplares de cangrejo. Tras comprobar que se trataba de cangrejo azul o jaiba (como también se le conoce) el hijo saltó al agua y capturó algunos ejemplares para hacer unas fotos. Entonces comprobó la agresividad de estos crustáceos en sus propias carnes.

Este animal ha colonizado el delta del Ebro en pocos años. Se trata de una especie procedente de la costa atlántica norteamericana. En EEUU este crustáceo es un manjar muy apreciado. Por una parte algunos en el Ebro ven oportunidades de negocio para servir el cangrejo en la restauración, y por otra parte el problema de su invasión es tal que la Generalitat va a recurrir a la intensificación de la pesca comercial para contener su expansión.

Sin embargo, los antecedentes de la llegada de este animal al Mediterráneo no son nada favorables, puesto que llegó a Grecia hace 50 años, donde al final se ha convertido en objeto de una floreciente industria de exportación.

El desembarco del cangrejo azul en Cataluña se produjo en 2012 en la laguna de la Tancada. Este crustáceo es capaz de adaptarse a todo tipo de ecosistemas acuáticos, ya que se desenvuelve bien tanto en agua dulce como en agua salada. En sitios como el delta del Ebro ha arrinconado ya al cangrejo autóctono.

Se trata de un omnívoro voraz que llega a pesar 1,5 kilos y que causa estragos entre las poblaciones de bivalvos de la zona. Su éxito reproductor radica en las hembras, que pierden su armazón al ser fecundadas y desovan entre dos y seis millones por puesta, antes de desplazarse a mar abierto para asegurar la dispersión de las larvas en agua salada.