La paralización de las obras de demolición de la Casa van der Driesche llegó in extremis el martes 18 de septiembre. Un día antes de que finalizara el plazo de 15 que debía esperar la empresa propietaria, PC7 s.l., antes de comenzar con los trabajos de derribo.

La iniciativa fue del Colegio de Arquitectos, que siempre ha abogado por la protección del inmueble. «La casa debe permanecer intacta hasta que se resuelva el recurso», explica el presidente de los arquitectos ibicencos, Iván Torres.

Torres lamenta la actuación sobre la casa en la tarde de ayer: «Una vez notificada la suspensión, cualquier acción sobre la casa puede acarrear responsabilidades penales». Además, Torres considera que desobedecer la suspensión es un «hecho grave».

Los arquitectos presentaron el martes un recurso del alzada ante el Consell, después de que la institución insular no considerara oportuno proteger la casa. Ante el escrito la institución insular se vio obligada a suspender la licencia durante tres meses.

Además, la vivienda se encuentra incluida en el catálogo de patrimonio que el Ayuntamiento de Sant Josep está terminando. Una vez esté acabado será llevado a pleno para su aprobación y, entonces, el Consistorio podrá estudiar las opciones de protección del bien. En dicho catálogo la construcción tiene un grado de protección A, que es el mayor que se otorga. Esto implica que la vivienda volumétricamente, sus fachadas y su entorno deben respetarse.

En este sentido, el concejal de Urbanismo de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero, confirmó que en caso de protegerse la casa, las actuaciones realizadas «deberán ser revertidas». De esta forma, la vivienda «deberá ser restaurada a su estado original», recalcó Torres.

La casa es un diseño de los arquitectos Elías Torres y José Antonio Martínez Lapeña, que han recibido este año el Premio Nacional de Arquitectura que concede el Ministerio de Fomento.