El alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas, asume "la responsabilidad" del Ayuntamiento en los vertidos de aguas fecales que cuando llueve con intensidad afectan a fincas agrarias de es Prat d'en Fita y la zona de los estanques de sa Sal Rossa, en el Parque Natural de ses Salines.

Tras una reunión que Marí Ribas ha mantenido con Ernesto Santamaría, secretario general de la empresa pública del Govern Abaqua, que es la que gestiona la depuradora de Can Bossa, se ha concluido que el problema de los vertidos compete al Ayuntamiento ya que se debe al exceso de caudal que llega a la planta de depuración los días que llueve con fuerza, y no a un problema de bombeo o de funcionamiento de la propia depuradora.

Al término de la reunión, en la que han participado los técnicos de las dos administraciones, Marí Ribas ha explicado que la canalización que conduce las aguas residuales de la zona de Sant Jordi, e incluso también la de Platja d'en Bossa, está separada de la de pluviales, y que desconoce los motivos por los que el agua de lluvia entra también en el colector de fecales. Esto provoca que, cuando se producen intensas precipitaciones, las tapas de los pozos de registro salten y el caudal pestilente de cloaca invada los campos de cultivo y parte del espacio protegido de ses Salines.

Por ello, el alcalde ha anunciado que a partir de ahora y en los próximos meses se va a llevar a cabo un trabajo de "control, inspección e investigación", con el uso de cámaras, para tratar de averiguar en qué puntos el agua de lluvia entra en el colector. Este trabajo "extraordinario" se encargará a Aqua Ambient, la empresa contratada por el Consistorio para llevar el mantenimiento de la red de saneamiento del municipio.

Hay que tener en cuenta que la depuradora, inaugurada en 1992 y ampliada en 2010, está diseñada para asumir un caudal diario de 900 metros cúbicos, aunque, en realidad, a diario llega un volumen superior, que casi dobla el previsto. En todo caso, según Santamaría, la planta "no tiene ningún problema" para depurar esta agua de más.

El problema deviene los días en los que se producen fuertes lluvias cuando el caudal que entra en la planta puede alcanzar hasta los 6.357 metros cúbicos de agua, como pasó el pasado 4 de agosto; es decir, seis veces más de lo habitual, que ya supera el volumen máximo para la que se diseñó esta infraestructura.

Santamaría ha indicado que en la entrada de la planta hay dos bombas que impulsan el agua hacia la zona de depuración y que, cuando el caudal que llega, supera los 100 metros cúbicos en una hora, se colapsa. Ese es el momento en que el agua del colector se va para atrás, con velocidad y presión, y saltan las tapas de los pozos de registro de las alcantarillas.

Un problema antiguo

Un problema antiguoEl alcalde ha recordado que este problema se produce desde hace tiempo, "no sólo en los últimos dos o tres años", aunque ha dicho que hasta ahora no había habido tantas quejas ni denuncias. De hecho, un grupo de vecinos afectado ha presentado una demanda judicial contra el Ayuntamiento.

Asimismo, Marí Ribas ha apuntado que desde que se construyó la autovía con la trinchera) el problema ha aumentado. "A ver si hay alguna conexión o fallo que provoca este incremento del caudal cuando llueve", ha apuntado. Precisamente, acto seguido ha destacado que resulta ?difícil de creer? que la causa de este caudal "extraordinario" sean las posibles "conexiones ilegales" de las canalizaciones de pluviales de algunas casas o establecimiento al colector. Tampoco se descarta que el agua de escorrentía del torrente entre en la canalización por algún tramo.

Marí Ribas ha pedido "la colaboración" de los propietarios para llevar a cabo el trabajo de investigación que se llevará a cabo para aclarar las causas de la entrada de aguas pluviales en la red de fecales, al tiempo que ha asegurado que está "muy preocupado" por este problema.

Al ser preguntado sobre si el Ayuntamiento tomará alguna medida para compensar a los vecinos afectados por los vertidos, el alcalde ha dicho que es pronto "para anticipar algo?, pero ha apuntado que si los técnicos entienden que las posibles reclamaciones de responsabilidad patrimonial que se presenten están bien fundamentadas, "habrá que asumirlas".

"No se nos caen los anillos a la hora de asumir nuestra responsabilidad", ha dicho Marí Ribas, que ha agregado: "Trabajaremos sin parar para arreglarlo".