La depuradora de Can Bossa volvió ayer a provocar vertidos fecales en los terrenos de cultivo adyacentes, a causa del aguacero caído a última hora de la mañana. Esta situación se produjo a pesar de las obras realizadas el día anterior por operarios de una empresa contratada por el Ayuntamiento para tratar de poner fin a estos vertidos.

Estos operarios habían saneado los pozos de registro que recorren la canalización principal de la depuradora y elevaron la altura de su tapa, mediante la construcción de un muro de 60 centímetros de altura. De este modo, se intentó que, aumentando el nivel, la tubería pueda asumir un mayor caudal de agua. Precisamente, el problema que provoca los vertidos es que la depuradora no puede asumir todo el volumen de agua que le llega cuando llueve.

Pero con las precipitaciones caídas ayer, el agua siguió rebosando y salía de forma continuada tanto desde la base del murete construido a ras de suelo como, incluso, de entre los ladrillos del propio muro.

El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero, admitió la existencia de este vertido, pero señaló que era «de poca intensidad» y que afectó a uno de los pozos.

Según sus explicaciones, ello se debe a que «el cemento aún estaba fresco» por lo reciente de la construcción realizada.

Mientras tanto, el grupo del PP de Sant Josep emitió un comunicado en el que anuncia que preguntará al equipo de gobierno qué piensa hacer «más allá de cambiar las tapas de registro». El PP afirma que las administraciones responsables «se culpan unas a otras y no ofrecen una explicación veraz sobre lo que realmente está ocurriendo».

El grupo Popular también recuerda que los análisis de Alianza por el Agua revelan una fortísima contaminación de los terrenos afectados.