Todos a una. La prohibición a los vehículos diésel nuevos, que incorpora el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética del Govern, ha unido a las patronales de la comunidad y estatales en contra de esta medida que"restará competitividad a las empresas y tendrá efectos perjudiciales para el medio ambiente en las Islas y, al carecer de un plan integral de desarrollo del vehículo eléctrico, su aplicación será muy costosa en términos económicos para los ciudadanos de Balears".

La oposición al proyecto de ley, pendiente aún de tramitación parlamentaria, llega de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) -integrada en la CEOE-, de la Asociación Empresarial de Distribuidores de Automoción de Balears (Aseda) y la Asociación Balear de Empresas de Alquiler de Vehículos con Conductor (Baleval), integradas en la Federación Empresarial Balear de Transportes (FEBT), que también tachan, a través de un comunicado, la norma balear de "contraria a la política europea", así como de "regresiva y discriminatoria".

Las patronales critican que "prohibir los vehículos diésel nuevos a la vez que se mantiene y se protege a los coches antiguos provocará el progresivo envejecimiento del parque automovilístico, que es el responsable del 80% de las emisiones contaminantes y del empeoramiento de la calidad del aire en las Islas, considerada entre excelente y muy buena, según los estudios realizados por la conselleria de Territori, Energía y Mobilitat del Govern balear". Es más, aseguran que la medida "tendrá un efecto negativo frente al cambio climático".

Sin plan eléctrico

También denuncian que no hay un plan integral de desarrollo para el vehículo eléctrico ni incluye incentivos y beneficios fiscales; por lo que el proyecto de ley supondrá una pérdida de competitividad, que unido a la insularidad, aumentará la desigualdad en las Islas.

La oposición se centra en la prohibición de que puedan circular, a partir de 2025, vehículos diésel nuevos, "que salen de fábrica cumpliendo una restrictiva normativa europea e incorporan sistemas que los hacen menos contaminantes incluso que los de gasolina, mientras que sí podrán hacerlo los coches de mayor antigüedad sin límite de tiempo ni de emisiones", subraya Carmen Planas. La presidenta de CAEB, dice que este aspecto "será nocivo para el medio ambiente y gravoso para los ciudadanos" por carecer de ayudas.

Por su parte los fabricantes critican que se ignoran los avances tecnológicos actuales en los motores diésel, porque mientras los vehículos de más de 15 años emiten hasta un 84% más de NOx (gases que contienen óxidos de nitrógeno) y un 90% más de partículas que los nuevos motores diésel "que sí que cumplen con la estricta normativa Euro6". Para Mario Armero, vicepresidente de ANFAC, "el problema no es el diésel", sino "los vehículos antiguos que circulan por las carreteras", quien defiende también los vehículos eléctricos acompañados de incentivos a la compra y fiscales.

Armero, que insiste en que la prohibición de los diésel es contraria a la política europea y elige una tecnología como "ganadora". Añade que los nuevos filtros de partículas, los catalizadores, la mejora de la aerodinámica y los sistemas de propulsión, entre otros sistemas, están contribuyendo a conseguir cada vez mayores reducciones.

Mientras Andreu Vidal, presidente de Aseda y vicepresidente de la Comisión de Industria y Transportes de CAEB, se pregunta cómo se va a llevar a la práctica que los vehículos diésel nuevos no puedan circular por Balears pero sí puedan hacerlo por el resto de España y por Europa, y alude a la libre circulación por el territorio nacional y europeo. Añade que las ciudades que han introducido restricciones en la circulación se basan en criterios de antigüedad del vehículo y apunta a Madrid, Barcelona, Múnich, París o Londres.

"Conejillos de indias"

Otro aspecto del proyecto de ley incluye que a partir de 2020 el 2% de la flota de alquiler sea eléctrica para que en el 2035 se extienda al 100%. Antoni Masferrer, representante de este sector, afirma que "no podemos aceptar ser los conejillos de indias de un experimento" y hace hincapié en que "ni hay mercado suficiente de vehículos eléctricos en este momento ni está garantizado que pueda haberlo con la progresión que exige el proyecto de ley". Para el presidente de Balebal el siguiente problema será "dónde" cargar los coches, además de que los tiempos de recarga ralentizarán la preparación del vehículo entre cliente y cliente, a lo que se suma que tendrían que reducir el número de vehículos, que redundaría en "reducir el número de turistas".