La presidenta del Govern, Francina Armengol, se comprometió ayer en que en noviembre cerrará con el Gobierno central el pacto del nuevo Régimen Especial de Baleares (REB), que blindará el descuento del 75 % en los transportes para los residentes y deducciones fiscales para paliar los sobrecostes de la insularidad. El nuevo REB permitirá «convertir la insularidad en un símbolo de identidad y de orgullo, nunca más en un problema».

«Exigimos lo que exigíamos», puntualizó en alusión a la negociación con el Gobierno del actual PSOE iniciada con el del PP. Por ello, el Govern no renuncia a que la ley incluya «un fondo de insularidad» para «compensar décadas a la cola en inversión del Estado». Asimismo, contemplará «nuevas medidas fiscales para paliar los sobrecostes competitivos» y abaratará el transporte de mercancías.

La líder socialista advirtió de que «es el momento de salir de siete años de parálisis y de reformar el sistema de financiación» de las comunidades autónomas. Ese nuevo modelo tiene que hacer «justicia a la solidaridad del territorio más generoso del Estado», Balears, que es la segunda comunidad que más aporta a la caja común y la novena a la hora de recibir recursos, algo que restringe el dinero disponible para la sanidad y la educación. «No puede ser que los ciudadanos y las ciudadanas de las Islas Balears financiemos servicios en otras comunidades que aquí no nos podemos permitir. Cuando la solidaridad no tiene límites se convierte en injusticia», abundó.

Asimismo, la jefa del Ejecutivo autónomo anunció una rebaja del impuesto que grava la compra de viviendas, siempre y cuando sean de menos de 200.000 euros y para uso como primera residencia, al reducir el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales del 8% actual al 5%, lo que puede suponer un ahorro de hasta 6.000 euros, según dijo la presidenta.