Las lluvias torrenciales han vuelto a provocar un vertido de aguas fecales en el puerto deportivo Marina Ibiza, uno de los más lujosos de la isla. Las aguas con restos de heces, compresas y todo tipo de residuos, proceden como siempre del torrente de sa Llavanera, que está conectado directamente con la depuradora de Ibiza.

La Autoridad Portuaria activó el plan interior marítimo de contingencias del puerto ante un «suceso de contaminación marina». Además, un portavoz de este organismo explicó que han contratado una empresa especializada para retirar, desde una lancha, los todos los residuos posibles, aunque recordaron que la responsabilidad del buen estado de las aguas recae en «la concesionaria» del puerto.

Como se puede apreciar el las imágenes del vídeo que acompañan a esta información, el espejo de aguas del puerto tiene un color marrón muy característico del tipo de residuos que se han vertido. "Me sabe mal decirlo así pero huele a mierda", explican desde Marina Ibiza. "Hay de todo, desde restos orgánicos a toallitas, compresas, condones... Es indignante", añaden.

Los vertidos se producen cada vez que llueve con cierta intensidad y proceden tanto del torrente de sa Llavanera como de un aliviadero situado cerca de la marina seca del puerto deportivo, en su zona más próxima a la rotonda conocida como de los podencos. Como siempre que ocurre uno de estos vertidos, desde Marina Ibiza han intentado ponerse en contacto con la Autoridad Portuaria, organismo al que este puerto deportivo paga un canon anual de más de seis millones de euros.

El domingo 19 del pasado mes de agosto se produjo una rotura en una de las canalizaciones principales de la ciudad precisamente en la rotonda arriba mencionada. Como consecuencia de esta avería, el puerto de Ibiza estuvo casi una semana recibiendo aguas fecales, también el espejo de aguas de Marina Ibiza.

Cuatro días después, el contramaestre de este puerto deportivo, Raúl Prats, advertía de que seguían los vertidos «en cantidades industriales». «Todos nuestros clientes se están quejando, porque los vertidos afectan tanto a los pantalanes de las barcas que tienen base permanente como a la de la gente que viene con su familia a pasar la noche y debe dormir con ese olor», lamentaba Prats . «Entendemos que esto ha sido un accidente, pero si esto le pasa a cualquier empresa privada de la isla, se le cae el pelo». Prats también quiso destacar las instrucciones e información que han ido recibiendo las empresas afectadas por parte de la Autoridad Portuaria durante esta crisis.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes del Puerto, Joaquín Manuel Senén, también criticaba que «se anunció que los vertidos se solucionarían en dos días y todavía continúan». «Parece mentira que no se hayan sustituido en todos estos años esos viejos tubos de uralita con el aumento que ha habido de población», lamentaba este portavoz, quien mostró su esperanza en que «cuando finalicen las obras del tanque de tormentas que separa las aguas pluviales de las residuales, no se vuelvan repetir estos vertidos», dijo entonces Senén.