Exconcejal de Gobernación con el PP entre 2003 y 2007, este empresario del West se ha convertido en la pesadilla del equipo de gobierno de Sant Antoni desde el inicio de esta temporada. Muy seguido en Facebook, cada vez que escribe un post sube el pan en el municipio. La lía parda cada día, aunque dice que va a parar ya porque está cansado y ha logrado su propósito: devolvérsela al PSOE y, especialmente, a Reinicia, por la campaña que ambos llevaron a cabo en 2015. Ha conseguido exasperar a muchos ediles y, sobre todo, su principal éxito ha sido introducir en el debate otra forma de analizar los problemas relacionados con el turismo de Sant Antoni.

-La que está montando desde que empezó la temporada. ¿Va por libre o le está haciendo la precampaña electoral al PP de Sant Antoni en las redes?

-Voy absolutamente por libre. Ni siquiera lo he comentado con ellos [los ediles del Partido Popular]. Fue algo que decidí hacer por mi cuenta

-«No hago más que repetir la campaña de Reinicia en redes previa a las elecciones de 2015», comentó en una réplica en Facebook.

-Así es, lo hago para demostrar al tripartito que es muy fácil public ar imágenes malas en las redes. Ellos lo hicieron entonces y ahora se quejan mucho de que yo lo haga. Tenía ganas de que se dieran cuenta de que fueron injustos en su momento. Pero particularmente, para nada ha sido coordinado políticamente.

-El pasado 26 de agosto dijo en Facebook que no creía eficaz la modificación de las ordenanzas para combatir el ´gas de la risa´. Curiosamente, en el pleno celebrado ayer [por el miércoles; la entrevista se hizo el jueves], el popular Marcos Serra utilizó el mismo argumento. Y no es la primera vez que sigue su dictado.

-Yo soy miembro de base del PP y tengo unas opiniones que creo razonablemente lógicas. Lo que sucede con el ´gas de la risa´ cae por su propio peso. Para sancionar a un comprador, ¿cómo sabrán si dentro del globo hay óxido nitroso o aire? Habrá que analizarlo. Hay un policía en Facebook que advierte de que esa ordenanza no tiene sentido porque al turista no se le podrá cobrar la multa cuando vuelva a su país.

-Pero sí a quien lo vende.

-Claro, y está tipificado que su venta es ilegal. Pero el quid de la cuestión es saber si hay o no medios para cumplir esa ordenanza. Se publican muchas, pero luego no hay medios, ni humanos ni materiales, para que la Policía Local las haga respetar. Y eso termina siendo peor. Ha ocurrido, por ejemplo, con la prohibición absoluta de tener relaciones públicas en los bares. No hay medios para que se cumpla. Quien quiere trabajar legalmente, los quita, pero como los demás siguen teniéndolos, trabaja en una inferioridad de condiciones brutal respecto a los competidores.

-¿Los empresarios del West confían más en esa campaña en las redes sociales que en su estrategia legal?

Hemos recurrido judicialmente las medidas adoptadas por el Consistorio en el West, pero no nos queda más remedio que esperar las resoluciones judiciales. La campaña en las redes es una parte importante porque habíamos abandonado la defensa de una serie de argumentos que creemos lógicos y que se deben tener en cuenta. Era importante manifestar otros puntos de vista.

-Esgrime constantemente al término turismofobia en cuanto alguien crítica el modelo actual. Quizás no se ha dado cuenta, pero lo que critica la mayor parte de la gente que vive en la isla es el turismo incívico y de borrachera. Todos tenemos claro que aquí se vive del turismo.

-Pero cuando se habla del turismo de Sant Antoni, sólo se refieren al turismo de borrachera. No se dice que sólo el 5% de los turistas que vienen a Sant Antoni son turismo de borrachera, sino que se generaliza, de manera que aquí todo está lleno de alcohólicos. En esta época, en la que mandan las redes sociales, todo hay que sintetizarlo mucho, no hay tiempo para argumentar pausadamente, de manera que todo se reduce a términos impactantes. Utilizo la palabra turismofobia porque me disgusta esa generalización que se hace con el turismo de Sant Antoni. Estoy convencido de que el 95% de los visitantes de este municipio son buenos y correctos.

-¿Y ese 5% de borrachera va al West?

-Como también lo va gran parte de ese otro 95%. Se achacan todas las culpas al West cuando desde las diez de la mañana hay barra libre en los todo incluido, hay beach clubes que abren a las 11 de la mañana (y su oferta es igual a la del West, solo que muchísimo más cara), hay, por las tardes, macrobotellones en las puestas de sol€ Ese discurso de que vendemos alcohol a la gente hasta que cae muerta€ Por favor, siéntense un día en una terraza del paseo y vean cómo, al atardecer, llega la gente de los party boats.

-Beodos, a cientos.

-Pues de esos cientos, hay 50 que quieren seguir la fiesta, se meten en el West y, seguramente, ningún empresario de la zona le servirá una copa por el estado en que se encuentran. Luego se tumban en la calle, pasa un periodista y les hace una foto. Esa no es la realidad.

-Se refiere a su época como edil de Gobernación de Sant Antoni como si el turismo de entonces fuera pacífico, idílico. Yo no lo recuerdo así.

-Siempre hemos tenido un gran problema con la concejalía de Gobernación de Sant Antoni. Es complicada, necesita medios, caminos y dirección política clara. En mi época, para nada había la situación que hay ahora. ¿Idílico?, no, pero llegamos a tener 63 policías. Ahora hay medio centenar. Y me fui de allí en el año 2007. En 10 años han empeorado bastante los medios de control del turismo.

-¿Policial?

-Sí, y también colaboración empresarial.

-Pero muchos hoteleros de la localidad ya están invirtiendo para mejorar la calidad de sus alojamientos y, de paso, la de sus clientes.

-Cuando la mayoría de hoteles dejen de traer ese tipo de turismo, probablemente todos los establecimientos del pueblo darán también un salto de calidad. Y cuando hablo de todos no sólo me refiero al West. Al final, los empresarios nos dedicamos a satisfacer la demanda que hay. Los de Sant Antoni somos todos muy pequeños, pero se habla del West como si fuéramos unos potentados. Quizás yo sea el empresario más grande, pero sólo tengo un bar de 220 metros cuadrados y un restaurante. Se transmite la imagen de que se gana dinero a espuertas y a toda costa, pero nuestros bares tienen una media de cinco empleados. Compara eso con cualquiera de los grandes grupos de ocio de la isla€ Entre todo el West no hacemos una sola macrodiscoteca.

-Reconoció hace poco en este periódico que el modelo del West está agotado. ¿Entonces, por qué no se reciclan?

-Por supuesto que es necesario. Pero entraríamos en qué es primero, si el huevo o la gallina. Yo creo que mi local y el cliente de mi local nada tiene que envidiar al de cualquiera de los grandes clubes de la isla. Ni en consumo ni en imagen ni en comportamiento.

-Quizás no sea su caso, pero de allí salen muchos borrachos y drogados, gente con actitud muy violenta.

Dices muchos tópicos.

-Digo lo que he visto, pues he vivido justo al lado durante un verano (infernal).

-Hoy por hoy, no creo que en el West haya ninguna diferencia con lo que sucede en el paseo marítimo o en ses Variades a la hora de la puesta del sol (por lo que pasa en las rocas, no en los locales), en cuanto a consumo de botellón y drogas. ¿Tiene que reciclarse el West? Sí. ¿El cliente que viene al West debe mejorar? Sí. ¿Este proceso será inmediato? No. La parte municipal, de la Administración, no ha sabido cumplir con sus obligaciones. Al no hacer cumplir ordenanzas, genera el caldo de cultivo perfecto para que la zona se vaya degradando. Nadie pasa por allí para controlar que las puertas estén cerradas o que no se ofrezcan tres bebidas al precio de una. Así empujan a los empresarios a incumplir, porque si no hacen lo mismo que el que tienen al lado, se arruinan. Antes de exigir a los empresarios, el primer paso que debería dar el Ayuntamiento es ser muy estricto con el cumplimiento de las ordenanzas, incluso llegando a cierres y retirada de licencias.

-Usted organizó pub crawls

-Cuando decidí que no era el modelo que necesitaba, lo eliminé y punto. Me dediqué a otra cosa. A veces un modelo no tiene futuro y buscas otro. Elegí otro más orientado a la música.

-Creo que fue de otra manera. Tras salir elegido edil en las elecciones de 2003 y llegar al departamento de Gobernación, declaró a este periódico que sería el primero de los empresarios del West en eliminar los pub crawls. Bajo su mandato quedaron erradicados un año más tarde. Pero le costó, pues en septiembre de 2001, dos años antes, el entonces alcalde, Toni Marí Tur, ya había pedido a los empresarios del West, de los que usted era presidente, que acabaran con esa práctica.

-Probablemente, la razón por la que lo dejé fue porque me metí en política. Evidentemente, cuando estás en política, lo que tienes que hacer es mirar lo que crees que es mejor para todos. Cuando eres empresario, miras lo que es mejor para ti.

-El socialista Joan Marí Serra dijo entonces que convertirle en edil de Gobernación era como poner al lobo a cuidar ovejas.

-A los hechos me remito. Yo estuve cuatro años en ese departamento y nadie me puede achacar haber hecho nada que me beneficiara a mí o a la zona donde tengo mi negocio. Por suerte o por desgracia, vivo de otras cosas que no son el West. Luego hubo más ediles de Gobernación y parece que no les resultó tan fácil cambiar esa zona.

En las redes culpa de todos los desmanes que se producen en Sant Antoni este verano al cierre a las tres de la madrugada. Lo que parece es que, ahora, se esparce por todo el pueblo lo que antes se concentraba en el West.

Es una evidencia que la gente no se va a ir a dormir a su hotel a las tres de la madrugada. Y se buscan la vida, que la encuentran en el paseo marítimo, donde hay cuatro locales que están haciendo el verano de su vida; y en la playa espléndida y oscurita de s´Arenal, donde se pueden tomar el botellón tranquilamente. Se esparcen por todos los sitios. Cerrar a las tres el West no soluciona nada los problemas de ruido. Eso sólo lo cambia el modelo turístico y sólo lo cambiaremos entre todos.

-¿No es pasarse decir que uno de los muertos este verano fue consecuencia del cierre a las tres?

-Sí, lo es. Viene por un post que publiqué [el 13 de agosto de 2018] en Facebook. Yo intentaba explicar que el follón se traslada a un sitio más difícil de controlar. Todo se interpretó como si la muerte fuera debida a esa medida del Consistorio. Si se entendió eso, pido disculpas porque no era mi intención establecer una relación causa-efecto. El mensaje que intentaba trasmitir es que es mucho más fácil controlar cuatro calles en las que hay protección privada y policial (esta última, si la hubiera), que todo el pueblo con sólo cuatro agentes, que de estar en el West serían ayudados por 100 tíos de seguridad en cuanto hubiera un problema.

-Pero mientras dice que es más seguro centrar todo ese ocio en el West, en vez de dispersarlo, pide que la Policía vaya más por allí para controlar la prostitución y a los carteristas. «Esperemos -ha escrito- que no sea flor de un día [una redada] y se repita con la frecuencia necesaria hasta la erradicación de la delincuencia que hasta la fecha ha campado a sus anchas por el West y el paseo marítimo». A simple vista, parecen argumentos contradictorios: dice que el West es más seguro pero, a la vez, que la delincuencia campa a sus anchas.

-Si cuatro policías se pasaran por allí, los vendedores de globitos [del gas de la risa] no los venderían de una manera tan descarada.

-Resulta curioso que hable de quienes salen del West a las tres como si fueran hermanitas de la caridad. ¿Cruzar la calle del Mar los convierte en gremlins malos? ¿Son buenos en el West pero malotes fuera de esa zona?

En el West, de los 60 locales, 40 están insonorizados. Y dentro de un local, la gente molesta menos y está más controlada que fuera. Dentro de un bar, el cliente no necesita hacer botellón. Fuera, habla, canta, hace lo que le da la gana. No son hermanitas de la caridad dentro y diablos fuera. Son los mismos, pero en el West están en locales acondicionados.

-Por cierto, ¿por qué cree que el límite del cierre a las tres es la calle del Mar?

-Eso lo deberíais investigar los periodistas.

-Seguro que ustedes tienen información.

-Como vosotros. Pero a ver quién le pone el cascabel al gato.

-¿Hacen también su agosto en esa calle, como los locales que mencionaba del paseo Marítimo?

-Supongo que les va mejor. Si soltamos 5.000 personas de golpe a las tres, alguno caerá en los lugares que sigan abiertos.

-¿Realmente cree que la contaminación acústica es una excusa del equipo de gobierno para ordenar el cierre a las tres del West?

Convencido al 100%. Me parece injusto que se realizaran unas mediciones sonométricas sin hacer cumplir el cierre de puertas de los locales. Esas mediciones son totalmente falsas. Mucha gente, no sólo en el tripartito del Consistorio, está convencida de que eliminando al West, se acabó la rabia y vendrán los yates de lujo a la bahía de Portmany. Lo dudo mucho. Por eso, la única arma legal que pueden usar para cargarse el West es la declaración de zona de protección acústica. A través de esa medida reducen los horarios hasta hacerlo inviable. Llevemos este caso al absurdo: eliminemos todo aquello que sobrepase los 65 decibelios a cualquier hora, no sólo hasta las tres de la noche, incluidos esos beach clubes que se anuncian en la prensa a página entera con djs que antes sólo iban a las discotecas. Pero nadie los cierra. ¿Por qué? Porque el West es carnaza fácil. Les va muy bien atacarnos: somos pequeños empresarios que no nos defendemos, que no invertimos en publicidad en los medios de comunicación y, por tanto, somos prescindibles. Me gustaría ver esta batalla contra quienes realmente mueven el dinero, los que se lo llevan fuera de la isla.

-¿Por qué cree que en Santa Eulària no existe el problema del ´gas de la risa´, los turistas ebrios o la prostitución callejera?

-Porque en su momento, hace unos 30 o 40 años, apostaron por otro modelo turístico y lo llevaron adelante. Se mueven en otros parámetros.

-¿A qué se refiere cuando dice que el problema del turismo de Sant Antoni es transversal?

-Es un error pensar que cambiando el West cambiará todo. ¿Qué planta hotelera tenemos? ¿Está adaptada para recibir a ese turismo de calidad, que no sé qué es? ¿Qué vamos a ofrecer a las familias, adónde irán, a las playas? ¿Las playas serán nuestro hecho diferencial? Toda la infraestructura de Sant Antoni está montada para un tipo de turismo joven que viene de fiesta. ¿Queremos cambiarlo? Bien, sentémonos, creemos mi famoso plan B entre todos, vecinos, empresarios, hoteleros, administraciones€

-Está el Plan Estratégico 2016-2030, que incluye un comité ciudadano.

-Sólo hacen informes, sin contar con nadie, ni con el comité ciudadano ni con nadie.

-Justo eso dijo el PP en el pleno.

-Es un cajón de sastre para el equipo de gobierno. El comité ciudadano no hace nada de nada, cero patatero.

-¿Teme al Brexit?

-Me preocupa. El turista británico ha venido toda la vida, pero si el Brexit supone pérdida de competitividad para la libra, puede generarnos problemas importantes.

-¿Qué quiere hacer en el hotel Portmany?

Un apartahotel (de seis apartamentos de 40 metros cuadrados) de cuatro estrellas. Ya tengo la licencia, que tardaron muchísimo en darla, un año y medio. La idea era que ya este año estuviera abierto. Las obras comenzarán tras la temporada, en noviembre...eso, si no me asusto por cómo va el turismo.