El servicio de vigilancia de los fondeos para que los barcos no lancen sus anclas y cadenas sobre la posidonia ha comprobado y asesorado, entre el 18 de mayo y el 31 de agosto, a 3.282 embarcaciones en Ibiza y 6.301 en Formentera, en cuyas aguas se ha mantenido la presencia de barcos de grandes esloras, aunque los más pequeños van en aumento.

Los vigilantes han tenido que mover 1.035 barcos en aguas pitiusas (605 en Ibiza y 430 en Formentera), sin que los patrones pusieran inconvenientes, salvo algún caso aislado en Ibiza. El servicio concluirá el próximo 30 de septiembre, aunque la presencia de embarcaciones se ha reducido desde el pasado 31 de agosto.

En el conjunto de Balears, se ha asesorado a un total de 38.271 embarcaciones y se han tenido que mover por estar mal fondeados 4.436 barcos. Este segundo año de servicio ha sido más efectivo al haber aumentado los recursos y los medios de vigilancia y ampliado el ámbito de actuación, siempre dentro de las aguas que son competencia de la Comunitat Autònoma.

33 actas en Balears

33 actas en BalearsEn total, los Agentes de Medio Ambiente han levantado 33 actas en el conjunto de Balears (las cifras no vienen detalladas por islas), que serán tramitadas por parte de la dirección general de Medio Natural y Diversidad del Govern balear.

Su titular, Miquel Mir, realizó ayer para este diario un análisis positivo del desarrollo de esta temporada: « El resultado es notablemente positivo. Es un proyecto que sólo tiene dos años de vida y en ese tiempo ya ha visto incrementados sus recursos, lo que ha permitido una capacidad de actuación exponencialmente superior al año pasado». Mir reconoció que en 2017 se empezó tarde y sólo se llegaron a realizar unas 7.000 actuaciones. «En cambio, este año las cifras hablan por sí solas», destacó.

Ante las reticencias que ponen algunos tripulantes cuando son advertidos de que están mal fondeados, Mir aseguró que la información que recibe de las empresas concesionarias del servicio es que «el 99 % de la gente es receptiva, que acoge bien la información y si están mal fondeados acceden enseguida a moverse». Aunque admite que hay «gente que se queja y que no es receptiva, pero es como en todo. En general, el servicio está socialmente bien valorado», aseguró.

Uno de los vigilantes, Iván Moreno, que trabaja en Formentera y lleva cuatro temporadas (salvo la pasada) en esta labor, señaló: «A pesar de que la posidonia está en las cartas náuticas hay despistados, pero enseguida que les avisas se marchan. En Formentera no hemos tenido situaciones tensas como una que se produjo en Ibiza y que terminó en denuncia», explicó.