La conselleria de Medio Ambiente del Govern balear, titular de todas las depuradoras de Ibiza y responsable de su mantenimiento, defendió ayer el «correcto funcionamiento» de la estación de Platja d'en Bossa, pese al vídeo que muestra el vertido, entre otras cosas, de aguas sucias y fragmentos de plástico a través del emisario. Este departamento, a través de una portavoz, aseguró que «los controles de funcionamiento de esta depuradora indican que se cumple la normativa».

La presencia de fragmentos plásticos siendo expulsados al mar por el emisario fue explicada por el Govern afirmando que seguramente ello se debe al vertido de aguas mixtas (pluviales y fecales) tras las lluvias que se produjeron en Ibiza a mediados de agosto.

En todo caso, «las analíticas efectuadas por la Agencia Balear del Agua en el mes de agosto fueron correctas. Además, se hizo una inspección el día 17, cuando se detectaron los puntos de fuga en el emisario». «Estamos tramitando su reparación», señaló esta portavoz.

«Impacto inevitable»

«Impacto inevitable»

En cuanto al fuerte impacto que se observa en los alrededores del emisario, la conselleria de Medio Ambiente lo justifica diciendo que «es inevitable que a la salida del emisario se produzca un impacto», pero señaló que éste es «sólo debido a la diferencia de salinidad» entre las aguas del mar y las que proceden de la estación depuradora.

En todo caso, Medio Ambiente recalcó que se cumple la normativa sobre concentraciones máximas de DBO y DQO.

Aunque este departamento asegura que efectuará nuevas comprobaciones para asegurarse del correcto funcionamiento de la planta, la misma portavoz reiteró que los análisis realizados por sus técnicos ponen de manifiesto que «no existen problemas en la planta».

El Abaqua ha afirmado en varias ocasiones que sus plantas depuradoras tienen un sistema periódico de controles para confirmar los niveles de contaminantes de las aguas que se vierten al mar.

Denuncias en 2016

Denuncias en 2016

En 2016, un informe elaborado por los ecologistas del GEN desvelaba que el 63% del caudal que lanzan al mar las depuradoras de Ibiza está contaminado «de una forma u otra».

Sólo el 7% de todo el caudal producido se reutiliza de algún modo, según señalaron los responsables del estudio, que exigieron también la instalación de sistemas de tratamiento terciario en las depuradoras de la isla.

La planta de Platja d'en Bossa es una de las tres, junto con la de Vila y la de Santa Eulària, que «peor funcionan», según indicaron entonces los ecologistas, y ello a pesar de que tienen instalados sistemas para realizar un tratamiento terciario, si bien no lo realizan.