Seis centros de Ibiza (cuatro de Secundaria y dos de Infantil y Primaria) apostarán este curso por reducir al mínimo los libros de texto y potenciar las nuevas tecnologías, según confirmó ayer Jaume Ribas, director general de Innovación y Comunidad Educativa de la conselleria de Educación. Ribas matiza que estos seis, que se suman al camino iniciado el curso pasado por el instituto Quartó de Portmany, son los que se han acogido a un programa específico de ayudas del Govern, pero destaca que hay otros centros de las Pitiüses que también están aplicando esta reducción de los libros, como Sa Serra.

El curso que viene, indica Ribas, más centros se sumarán al proyecto, que en estos momentos desarrollan los colegios Balansat y Sant Jordi y los institutos Algarb, Quartó del Rei, Sa Blanca Dona y Sa Colomina. El director general reconoce que el curso pasado la propuesta se hizo «un poco tarde» y únicamente un centro de Ibiza se sumó a la iniciativa. En el caso de los colegios comienzan con la iniciativa en cuarto de Primaria y, en Secundaria, en primer curso.

Ribas destaca que para sumarse a la iniciativa, que ayuda económicamente a las familias de los alumnos a comprar los dispositivos que emplearán durante toda la etapa educativa, le pedían a los centros que cumplieran dos requisitos: «Unas condiciones tecnológicas mínimas y que hubiera un proyecto pedagógico detrás». El director insiste en que lo que no quería la conselleria era que estos dispositivos tecnológicos (pueden ser ordenadores portátiles, tabletas o otros formatos intermedios) se emplearan únicamente como un libro electrónico. «Si la propuesta pretendía reducir los libros para luego descargárselos en PDF y seguir trabajando igual, se excluyó», afirma, tajante, el director general, que destaca que «evidentemente» los libros no desaparecerán por completo de las clases. Eso sí, quedarán relegados a elementos de consulta, las familias no tendrán que comprarlos, los niños no los acarrearán a clase todos los días ni los docentes tendrán que seguirlos a pies juntillas.

Ellos deberán buscar o crear aquellas actividades, documentos o vídeos con los que crean que sus alumnos adquirirán más fácilmente los conocimientos establecidos en el currículum.

El director general explica que la conselleria da 70 euros por alumno para la compra de los dispositivos, que pagan las familias. El precio varía en función de la empresa y del formato escogido, pero oscila entre los 250 y los 400 euros. Ribas destaca el «ahorro» que supone para las familias ya que el aparato cuesta algo más que los libros de texto pero, a diferencia de éstos, el dispositivo les sirve para toda la etapa educativa. En muchos de los casos, además, a la ayuda de la conselleria se suman otras de los ayuntamientos.

Ribas reconoce que algunos centros educativos de Ibiza, como es el caso del instituto Balàfia, no han podido aplicar la iniciativa por la mala conexión a Internet, algo imprescindible para poder desarrollar el proyecto. El director general asegura que a lo largo de este curso se habrá solucionado y que en mayo de 2020 todos los colegios e institutos de las Pitiüses no tendrán problemas.