La nueva presidenta de los hoteleros, Ana Gordillo Costa, codirige un modesto (pero cómodo y elogiado en las redes por su calidad y servicio) hostal de Sant Antoni, el Mallorca, de sólo 37 habitaciones. No es una empresaria al uso. Poco antes de comenzar la entrevista, prepara un cortado para un cliente: «Mi trabajo es hacer cafés todo el día en el bar, al pie del cañón. Agosto está siendo duro». Hace de todo: gestiona las cuentas, controla las habitaciones, hace de recepcionista y de revenue managment, contesta los correos€Hasta de guía turística para sus clientes. Sólo le falta pasar el mocho. Ha mamado el oficio de su progenitora, la consellera del PP Josefa Costa, que a los 16 años le hacía limpiar las habitaciones como una ´kelly´ para que conociera todo del oficio, desde lo más básico. Y le gustó. Habla inglés y «chapurrea» francés (gracias a su estancia de un año como becaria en el Parlamento Europeo, en Bruselas), y es licenciada en Derecho, que escogió no para defender clientes en los tribunales sino como «comodín» para dirigir el negocio familiar. Desde su sencillo alojamiento, esta risueña empresaria dirige ahora el principal sector de la mayor industria de esta isla.

Con solo 27 años ya dirige un alojamiento y la patronal hotelera. Apunta maneras.

Siempre me he implicado mucho en todos los temas sociales, desde muy joven. Me gusta mi oficio y no podía decir que no a este ofrecimiento.

¿Se lo ofrecieron o se ofreció?

Me lo ofrecieron, no me habría postulado yo. Es mucha responsabilidad. Me lo tuve que pensar. Ser la presidenta de la patronal hotelera de Sant Antoni me hacía mucha ilusión porque me siento muy implicada con mi pueblo y ya había sido vicepresidenta dos años. La Federación Hotelera me daba un poquito más de miedo. Pero soy valiente.

En manos del turismo está el 49% de los puestos de trabajo de Ibiza. ¿No le da vértigo tanta responsabilidad?

Muchísimo. Además, trabajamos con unos clientes que cada vez son más exigentes y necesitamos personal cualificado, lo cual parece cada vez más complicado con los problemas de vivienda que hay en la isla. Ya hay gente que se va fuera de Ibiza a trabajar. Este verano, muchos hoteles han tenido problemas. Tuvieron que volver a acondicionar habitaciones para sus empleados, como hace años.

Y de cara al año que viene, ¿cree que tiene visos de solución?

Para solucionarlo, la Administración debe ser muy contundente con el alquiler ilegal de viviendas para fines turísticos.

Hay que poner medidas y medios para acabar con este problema€ e ir a por ellos.

No parece que los políticos tengan en cuenta a la Federación Hotelera. Da la sensación de que ha perdido peso político durante los últimos años.

Para adoptar decisiones, la Administración debería tomar en cuenta al sector. Por ejemplo, cuando abrió las puertas al albergue juvenil en Sant Antoni. Se dejó entrar una figura que, si se hubiera contado con nosotros, habríamos advertido de a qué se iba a destinar: a comercializarlo turísticamente. Ha triplicado las plazas y se ha dado la baja de Turismo, que ya no lo inspecciona. Se regula a través de los departamentos de Cultura y Educación del Consell. Cuando nos enteramos de su existencia, fuimos al Ayuntamiento para preguntar cómo se había permitido: supone 360 plazas que se comercializan en Booking.

De momento usted mete caña, quizás con la intención de recuperar ese peso y que los políticos no se olviden de ustedes. Hace unos días, envió una nota de prensa sobre la ecotasa y el ´todo incluido´ que parecía un golpe en la mesa para decir ´ojo que aquí estamos´.

Es que ha llegado un punto en el que hemos dicho basta. Hasta ahora hemos hecho las cosas en la sombra, pero así no ha funcionado. Ahora vamos a decir las cosas claras, lo que pensamos.

Usted ha sido presidenta de Nuevas Generaciones en Sant Antoni en 2013 y su madre es consellera insular del PP. ¿Esa conexión, en parte filial, con la política no puede suponer un lastre para usted?

No. Puedo tener una ideología, pero no me considero una política por haber desempeñado algún cargo. Siempre he estado muy implicada con las cosas que pasaban en el pueblo. Pero ahora me he desvinculado totalmente de la política y defiendo los intereses de todos mis asociados, que en estos momentos es lo más importante. Me da igual quién gobierne. Diré las cosas de la misma manera.

¿Aunque tenga que llevar la contraria a su madre?

Claro. Es que yo ya se la llevo muchas veces, a todas horas.

¿Le gusta la política, tiene ambiciones?

No tengo ambiciones políticas, pero me gusta. La política permite estar al tanto y solucionar todos los problemas que hay en la sociedad.

En unos meses empieza la campaña electoral. ¿Será neutral?

Por supuesto. Por ejemplo, desde la Federación Hotelera hemos pedido siempre que se elimine el impuesto turístico. Nos da igual quién lo haga. Pablo Casado, presidente del PP, dijo que lo eliminaría. Hemos guardado esas declaraciones en el cajón y el día de mañana, si hace falta, las sacaremos. Y si hay que ir contra aquellos que no cumplen con sus palabras, lo haremos.

¿Qué le parece que la ecotasa se destine a pagar viviendas sociales?

El impuesto sólo lo pagan aquellos que se alojan en hoteles, no en las viviendas dedicadas al alquiler turístico. Es decir, aquellos que no generan un problema de vivienda en la isla porque duermen en alojamientos turísticos reglados, pagan por el problema que crean quienes se alojan en inmuebles ilegales y que no abonan la ecotasa. Se hace pagar al turista que acude a la oferta reglada por un problema originado por la oferta ilegal. Que lo pague todo el mundo cuando entra en puertos y aeropuertos.

Y mientras tanto revientan los colectores de aguas residuales y las depuradoras apestan.

En verano todo debería funcionar estupendamente. No puede ser que dupliques la ecotasa y que el turista vea su entorno peor que el año anterior, cuando pagaba la mitad. Y uno de los principales problemas de ese impuesto, además de que nos resta competitividad, sobre todo de cara al turismo familiar, es que no se destina a donde se recauda.

Su madre le hacía limpiar las habitaciones del hostal cuando usted tenía 16 años, para que supiera lo que era ese trabajo, incluso la llevaba con ella cuando cerraba tratos con los turoperadores para que aprendiera el oficio. A otros, eso les hubiera marcado, pero parece que a usted le motivó más para ser hotelera.

Este oficio lo he vivido toda la vida. Era lo que tenía que hacer, siempre me gustó. De lo contrario, habría buscado otra carrera, y no la de Derecho, para desvincularme. Mi madre consiguió de esa manera que me gustara más y tuviera más interés por seguir adelante.

Para usted, las redes sociales son fundamentales en este negocio, y en el suyo lo pone en práctica. ¿Necesita la Federación Hotelera renovarse en ese sentido, ser más activa en las redes?

Tenemos una cuenta de Twitter e intentamos estar activos. Quiero tuitear cosas€

Para darle vidilla.

Quizás podríamos estar también estar en Instagram, pero tampoco hay que pasarse.

¿Necesita renovarse la Federación Hotelera?

No lo creo. No es la Federación, sino los hoteleros que la integramos, los que se tienen que renovar. Y eso ya lo estamos haciendo. Durante los dos últimos años vivimos una época de crecimiento e hicimos lo que tocaba: renovarnos. El que no lo haya hecho, quizás lo pase mal. Pero la mayoría se ha renovado. Tenemos una planta hotelera en Ibiza totalmente renovada y buena.

¿Qué proyectos tiene en mente? ¿O será continuista?

Tanto en Sant Antoni como en la Federación seguiré la línea que me han marcado mis expresidentes, tanto Juanjo Planells como Juanjo Riera, que me ha parecido muy buena. He trabajado con ellos los dos últimos años codo con codo y todo lo que he aprendido ha sido de ellos. Son unas personas extraordinarias. Hemos estado un poquito callados, pero ahora reivindicaremos todo lo que haya que reivindicar. Nos haremos oír, diremos las cosas claras, sin miedo.

¿El mayor enemigo de los hoteleros es el alquiler turístico ilegal?

Sí. Llegan más pasajeros, pero la ocupación hotelera es la misma. Las plazas no han crecido en la última década, sino que han disminuido con las reformas hechas. Y eso se debe a la oferta ilegal, al intrusismo. Puede ser un problema a la larga si no se toman medidas contundentes.

El empresario Joan Pantaleoni admitía hace unos días que el modelo del West End está agotado y que necesita una reconversión. ¿Qué hacemos con el West?

Todo destino debe tener una zona de ocio. Pero esa zona no tiene por qué discriminar a otros turistas. Todos podrían ir al West a divertirse. Se han tomado allí medidas contundentes que no han sido acompañadas de unas ordenanzas o de unas actuaciones acordes. El cierre a las tres de la madrugada de los locales ha esparcido el problema. Y eso ha provocado que se haya intensificado: la fiesta continúa en una calle paralela y en la playa de s´Arenal. Todo está descontrolado. Falta más seguridad y policías. Estamos de acuerdo en el fondo, no en las formas. El West necesita un cambio, pero son sus empresarios los que se deben dar cuenta.

Sus clientes seguro que le preguntan en dónde pueden tomar una copa en Sant Antoni. ¿Les manda a otro pueblo para que no pisen el West?

Siempre les vendo la puesta de sol. O que vayan a los bares del puerto. No les digo que no vayan a algún sitio, sino que les sugiero lo mejor del municipio.

Pero no les aconseja el West.

Les digo que lo vean. Allí no se comen a nadie. Y al día siguiente me cuentan sus sensaciones. Lo que hay que procurar en Sant Antoni es cuidar el turismo.

¿Qué es lo primero que haría si fuera alcaldesa de Sant Antoni?

Recuperar la zona azul. El aparcamiento en Sant Antoni es terrible. Yo resido aquí, vivo aquí. Tardo más de media hora en encontrar estacionamiento aquí. Nadie controla que los coches estén todo el día aparcados en la misma plaza. Se legisla al tuntún.

Ustedes ya advirtieron en las ferias turísticas de que bajaría la ocupación, pese a que los políticos negaban la mayor. ¿Les da miedo la temporada del próximo año?

Aún estamos vendiendo y no tenemos datos, pero hay que tener en cuenta que hay muchos factores que inciden. Hay otros destinos que se están recuperando, como Turquía y Egipto, que ya se veían venir en 2017. Bajan precios, hacen ofertas. Nosotros, tras el periodo de crecimiento, pasamos ahora por una etapa en la que al menos nos mantenemos. La cuestión es que estamos mejor que hace 10 años. Y el año que viene tampoco batiremos récords. Los hoteleros debemos decir a los políticos que tengan ojo, que miren lo que sucede en los destinos que resurgen, que hay que cuidar el turismo, que no se le puede duplicar la ecotasa. Nadie obliga al turista a venir a la isla. Si no se siente cuidado, el cliente se irá a otro sitio que le resulte más rentable.

¿Hay demasiados hoteles de lujo en la isla?

Hace años nos quejábamos de que no había ninguno de cinco estrellas. Ni lujo. Ahora, cuando las empresas intentan cambiar el modelo y dar respuesta a una demanda, decimos que hay demasiados. Lo bueno de Ibiza es que hay diversidad, se da respuesta a todos los tipos de demanda. No creo que nadie apueste por una inversión semejante si no creyera que hay mercado. El que quiera pagar mil euros por una habitación, que tenga esa posibilidad. No creo que haya una burbuja del lujo.

El Brexit entra en vigor en 2019. ¿Les asusta o, por el contrario, supondrá un alivio que vengan menos británicos?

Estamos expectantes. No queremos librarnos de ningún turista, y del británico, menos. Es un buen cliente, el problema es que se le deja hacer todo lo que quiere. Se necesita más control. Si no, se desmadra. El inglés es muy fácil de llevar, no hay que estigmatizarle. Esperamos que el Brexit no nos afecte, pues podría suponer una bajada importante de clientes. Veremos en las ferias.

La estancia media turística en Eivissa en 2017 fue de 6,1 días (incluida la oferta ilegal), pero en los hoteles, de 4,9 jornadas. Y bajando. ¿Qué pueden hacer para parar esta sangría? Usted ha dicho recientemente que vamos camino de convertirnos en un destino de escapadas.

Lo estamos viendo cada día. Cada vez hay menos estancias de una semana. Hay montones de salidas cada día. Como mucho pasan de dos a cuatro días. Espero que sólo sea una moda, pero la gente está optando por las escapadas. Lo cierto es que quienes quieren permanecer más tiempo optan por la oferta ilegal, entre otras cosas porque se libran de pagar el impuesto turístico.

El actual Govern no parece dispuesto a eliminar ese impuesto turístico, aunque ustedes digan que ha sido surrealista doblarlo y que resta competitividad. ¿Cree que el PP lo eliminará si vence en las próximas elecciones autonómicas? ¿Y si se mantuviera, pero se destinara al municipio donde fue recaudado?

Siempre defenderemos la retirada de la ecotasa, y más teniendo en cuenta el problema del intrusismo. Mientras sólo se grave a quien opta por la oferta reglada, nunca lo defenderemos. Y si se mantiene, que al menos se haga de manera correcta. Claro que se tendría que destinar a cada municipio todo lo que se recaude en él. Nos sirve con que sea en la isla. Pero aun así, eso no significa que lo aceptemos.

¿Qué aprendió de la parlamentaria Rosa Estaràs cuando fue su becaria en el Parlamento europeo entre 2015 y 2016?

Es una persona que me fascina, por su carisma y por ser una mujer inteligente. La admiro. Cuando llegué a Bruselas no la conocía. Tiene unas ideas muy claras.