Una cabaña de madera en una zona forestal de Sant Joan se sigue alquilando por noches como alojamiento turístico a través de la plataforma Airbnb, a pesar de contar con una orden de derribo por parte del Ayuntamiento de Sant Joan como mínimo desde el año 2010, cuando el Consistorio remitió a la Fiscalía una copia de su expediente sancionador al constatar que el promotor había continuado con las obras de una vivienda ilegal.

Además, esta vivienda ha sido denunciada, hasta en tres ocasiones en el último año, al servicio de inspección turística del Consell de Ibiza, que el martes remitió una respuesta a uno de los denunciantes para informar de que «tomará las medidas necesarias para corregir la conducta infractora si el servicio constata la existencia de infracción en materia de Turismo».

Esta vivienda se encuentra en un solar de 5.000 metros cuadrados, en un suelo calificado como Área rural de interés paisajística (ARIP), donde el mínimo necesario para construir se fija en 25.000 metros cuadrados. Se trata de un terreno segregado de una finca de Sant Vicent tras ser vendido en el año 2008, según consta en el Registro de la Propiedad.

Primera denuncia, en 2009

Un año después de la venta de este terreno, ya se denunció al Ayuntamiento de Sant Joan que se estaban llevando a cabo «obras para la edificación de una casa de madera con cimientos de hormigón y el levantamiento de una pared alrededor de dicho terreno», según consta en la documentación a la que ha tenido acceso este periódico. Además de que la parcela no cumple con la superficie mínima que marca la ley, las construcciones de madera como la denunciada están prohibidas en suelo rústico por el Plan Territorial Insular (PTI).

El Ayuntamiento dictó en su momento una orden de paralización de las obras, además de su derribo, para cumplir con la «reposición de la legalidad urbanística», un expediente que fue remitido en enero de 2010 a Fiscalía. Más de ocho años después, esta vivienda de madera en suelo rústico sigue en pie y se alquila de manera ilegal a través de la plataforma Airbnb, donde se ofrece a 60 euros por noche para dos personas.

En el anuncio se destaca que la vivienda se encuentra a las faldas del valle de Morna, con «mucha privacidad, un gran jardín, árboles frutales y bosque a cuatro minutos de la playa». En las tres denuncias remitidas desde el año pasado al Consell, se advierte del riesgo de incendio que conlleva una actividad turística en este entorno.

Estas denuncias, finalmente han recibido la contestación del departamento de inspección del Consell, que anuncia que abrirá una investigación por alquilarse como alojamiento.