El Ayuntamiento de Sant Josep no ha recibido llamadas de vecinos para quejarse del ruido por fiestas ilegales en villas o casas particulares ni ha abierto ningún expediente por estas molestias. La primera teniente de alcalde y concejala de Gobernación, Paquita Ribas, lo atribuye a las sanciones económicas impuestas a los propietarios de las mansiones denunciadas el año pasado por exceso de ruido, lo que ha evitado que se repita esta problemática.

«Este verano es muy diferente a los dos anteriores y no hemos recibido llamadas de vecinos quejándose del ruido procedente de grandes fiestas en casas del municipio», explica a este diario la primera teniente de alcalde de Sant Josep, que añade que esto se debe a que los propietarios están más concienciados de la problemática porque las denuncias repercuten en sus bolsillos. «Saben que si los arrendadores o turistas que se alojan en sus viviendas durante julio y agosto arman escándalo, se presentará la Policía Local y las denuncias pueden derivar en multas que van desde los 600 hasta los 300.000 euros», afirma Ribas.

El endurecimiento de las sanciones económicas ha provocado, según la concejala de Gobernación de Sant Josep, que no se celebren grandes fiestas en viviendas particulares del municipio. En concreto, en julio, en agosto y en septiembre de 2017 la Policía Local de Sant Josep registró un total de 270 llamadas por fiestas en viviendas, mientras que las quejas por ruido en establecimientos fueron 176 durante los mismos meses.

El peor mes fue agosto del año pasado, cuando se contabilizaron 117 denuncias por ruidos procedentes de inmuebles, casi el doble de las de negocios, que fueron 60.

Sin embargo, en julio de este año la Policía Local de Sant Josep ha recopilado 133 avisos por ruido de viviendas. Estas llamadas no se deben solamente a fiestas en casas, sino por molestias que causan los habitantes de las viviendas. Muchas quejas son, por ejemplo, por el ruido que genera un grupo de amigos en una piscina. Las quejas por contaminación acústica de establecimientos, por su parte, han sido 50, según los datos facilitados por la concejalía de Gobernación. Durante el mismo mes del año pasado se registraron 86 llamadas por ruidos en casas y 60 en negocios.

Como resultado, el año pasado Sant Josep tramitó un total de 12 expedientes contra dueños de viviendas particulares (la mayoría ubicadas entre Sant Agustí, Cala Tarida y Cala Vedella) por incumplir la ordenanza de ruidos y la suma total de las multas impuestas fue de 40.000 euros. «Antes las infracciones graves eran hasta 600 euros, pero ahora si se presenta la Policía Local en una casa porque tienen la música alta, los agentes les avisan de que han recibido quejas de un vecino y que, si reciben otra, cometerán una infracción grave y pueden ser multados con 12.000 euros», explica Ribas.

Medida «disuasoria»

Medida «disuasoria»

Asimismo, insiste en que estas actuaciones no tienen afán recaudatorio, sino de disuasión, ya que el objetivo es conseguir que no se celebren fiestas que generen molestias a los vecinos, no poner multas. «No haber iniciado esta temporada ningún expediente es una muestra de que esta ordenanza funciona», recalca la primera teniente de alcalde de Sant Josep.

En 2016 el Ayuntamiento de Sant Josep tramitó 16 expedientes que concluyeron con multas por valor de 84.000 euros por exceso de ruido en mansiones, la mayoría situadas en Cala Tarida o Sant Agustí, cantidad que duplica la cifra de sanciones económicas impuestas el año pasado.