Media docena de propietarios de fincas situadas en el Parque Natural de ses Salines denunciaron ante la Guardia Civil los vertidos de aguas fecales que el pasado viernes, tras una fuerte tormenta, anegaron sus propiedades y produjeron diversos daños, así como la "grave contaminación" de todos los pozos y acuíferos de la zona, ahora inutilizados.

Los denunciantes consideran que se ha cometido "un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente", ya que sus fincas se encuentran situadas en el Parque Natural de ses Salines o en su entorno de protección.

Además, interpusieron ante el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) una denuncia penal por un "un posible delito de prevaricación ambiental", debido a que, "repetidamente", ya habían puesto en conocimiento del Ayuntamiento de Sant Josep que se producían esos vertidos cada vez que llovía con intensidad, "sin que se haya actuado por parte de dicha Administración para corregir" esa situación.

Las aguas fecales proceden, según los denunciantes, de Sant Jordi, donde "se mezclan con las aguas pluviales". Y al llegar al Prat d´en Fita y sa Torre Blanca salen proyectadas, en chorros verticales, por las alcantarillas, que se encuentran abiertas, sin tapa, desde hace años. El agua llega a alcanzar una altura de metro y medio cuando sale a presión, según Deogracias Lara, propietario de varios de los terrenos, así como de la discoteca DC 10.

Las fincas contaminadas por las aguas fecales, que esta mañana desprendían un olor nauseabundo, están situadas en es Prat d´en Fita, sa Torre Blanca y Can Micaela. Los vertidos han contaminado miles de kilos de productos agrícolas, que tendrán que ser desechados. Una parte se encuentra aún en rama, pero hay otra, unos 4.000 kilos de sandías, cebollas, pepinos y berenjenas, que ya ha sido recogida y que tendrá que ser destruida.

Lara asegura que media decena de pozos están contaminados por las filtraciones. El agua "es negra, como si saliera de una fosa séptica, y no la quieren beber ni los caballos".

Manuel Alcaide, abogado cuyo despacho defiende a los propietarios que han denunciado los hechos, ha señalado que tomarán muestras de la tierra y de los acuíferos para conocer el grado de contaminación. Los análisis que realizaron en otras ocasiones dieron el mismo resultado, asegura Lara: esa agua está plagada de estreptococos y coliformes.

Alcaide ha indicado que iniciarán, además, acciones para determinar "responsabilidades patrimoniales, sin prejuzgar qué Administración es la responsable". Se refiere el letrado a que no tienen claro si el responsable de esa situación, que se repite cada vez que diluvia, es el Consistorio o Abaqua, la Agencia Balear del Agua, ya que, según los propietarios, ambas se pasan la pelota de la responsabilidad.

Además de los análisis para determinar el estado de los campos de cultivos y del acuífero, encargarán a un biólogo una evaluación ambiental, "dado que la Administración no parece dispuesta a hacerla", criticó Alcaide. El abogado recalcó que "no se busca penalizar a nadie", sino "buscar una solución" a un problema que se repite año tras año. En la denuncia se subraya que el alcalde, Josep Marí Ribas, han sido informado "desde hace varios años" de que cada vez que caía una tromba de agua, se repetían las inundaciones de aguas fecales.

Los daños producidos por los vertidos del pasado viernes son cuantiosos y palpables: los cultivos de frutas y verduras están alfombrados por tampones, compresas, toallitas de baño y bastoncillos para los oídos, así como por una costra gris de lodo y sólidos fecales ya resecos. Lara afirma que cada vez que han sufrido una inundación similar, han necesitado al menos dos años para poder recuperar el terreno y sembrar de nuevo.