Los agentes de la Policía Nacional de la comisaría de Ibiza están investigando la muerte del magnate portugués Pedro Queiroz Pereira, de 69 años de edad, uno de los diez hombres más ricos del país, dueño de la cementera Secil y de las papeleras Semapa y Navigator. Queiroz falleció el sábado sobre la medianoche en el interior de su yate de lujo, amarrado en el puerto de Ibiza, confirmaron fuentes policiales. Según las primeras indagaciones realizadas por los agentes de la Policía Nacional de Ibiza, todo apunta a que el fallecido sufrió una caída por unas escaleras del barco que resultó mortal. Aunque existen pocas dudas acerca de lo ocurrido, la comisaría de Ibiza ha abierto una investigación con el fin de aclarar el suceso.

Los principales medios de comunicación de Portugal se han hecho eco de la noticia e incluso la Presidencia de la República ha emitido una nora de pésame. Queiroz residía en Lisboa y era considerado uno de los hombres más importantes de Portugal.

Hasta el lugar en que estaba el barco, un gran yate de más de 30 metros de eslora que estaba amarrado en las instalaciones de Ibiza Magna, en la zona conocida como el Martillo, frente al obelisco en homenaje a los corsarios de Ibiza, se desplazaron dos ambulancias del servicio del 061, dos camiones de los Bomberos del Consell y varias patrullas de la Policía Portuaria. Una vez que, en el interior de la embarcación, los servicios médicos certificaron la muerte del hombre, el personal de Pompas Fúnebres intentó trasladar a tierra a la víctima.

Traslado complicado

Traslado complicadoLos empleados de la empresa funeraria no podían hacerlo solos, ya que era necesario cruzar estancias muy estrechas y el hombre era muy corpulento. Para conseguir trasladarlo a tierra firme fue necesaria la ayuda de los bomberos del Consell de Ibiza, explicaron desde el parque. Los bomberos trabajaron en el lugar entre las 2.37 y las 3,40 horas de la madrugada.

Está previsto que la autopsia se realice hoy por la mañana en el Instituto de Medicina Legal de Ibiza. Se espera que los análisis de los forenses logren determinar con certeza la causa de la muerte. La presencia de las patrullas de los agentes de la Policía Nacional, de la Policía Portuaria, las dos ambulancias y los dos camiones de bomberos levantó una gran expectación entre los turistas del puerto, que esa hora estaba a rebosar.

Para intentar saber qué pasaba, los curiosos rodearon los lujosos yates de los amarres de Ibiza Magna. Muchas personas hicieron fotos con sus dispositivos móviles a los barcos y los vehículos de emergencias.