Una carrera de obstáculos. A pleno sol. Con 40 grados. Cargados con una mochila que pesa lo suyo. Y corriendo por la arena que, a veces «te hace dar un paso para adelante y tres para atrás». Y todo eso, con la tensión de saber que una persona se encuentra en peligro y necesita una atención médica urgente. Así es, en muchos casos, el día a día del personal de emergencias del 061 en Ibiza en verano, según explica Ángel Crespo, su coordinador en las Pitiusas, que recuerda que aunque en los últimos días se ha hablado mucho de las dificultades para que las ambulancias accedan a Dalt Vila, también las hay para llegar a algunas calas y playas. «Y, si miramos la actividad, el número de atenciones en playas es más elevado», matiza.

Crespo recuerda que cuando se renovó la flota de ambulancias del 061 ya se incluyeron cuatro todoterreno con el objetivo, precisamente, de llegar a algunos rincones a los que, por la orografía de la isla, resultaba imposible. Aunque estos vehículos han facilitado la atención de emergencias, no es posible llegar a todos los puntos. Es el caso, por ejemplo, de Platges de Comte, donde deben dejar la ambulancia en la carretera. O de algunas de las calas y los lugares más alejados de las playas de ses Salines o es Cavallet: «Es verdad que todo está muy bien comunicado por caminos de servicio, pero están cerrados y hay que pedir a alguien que tenga la llave que los abra». Aunque no suele haber problemas, sí que supone un retraso en la atención. El coordinador del 061 en las Pitiüses recuerda alguna atención en la zona que hay entre ses Salines y es Cavallet, o en la Sal Rossa, donde, recuerda, tuvieron que portear al accidentado por una zona de rocas.

Traslados a peso

En este sentido, Crespo explica que en estos casos es habitual tener que trasladar a peso a los accidentados, ya que las camillas con ruedas no se pueden emplear ni en la arena ni sobre las rocas.

En los casos en los que no pueden acercar la ambulancia hasta el punto exacto en el que se encuentra la persona que requiere atención, el personal sanitario se acerca a pie hasta él cargado con unas mochilas en las que llevan lo necesario para poder estabilizar a la persona antes de trasladarla a la ambulancia para llevarla al hospital. Además, explica Crespo, tanto el propio 061 como el 112 activan a otros cuerpos (Policía Local y Protección Civil, principalmente) para que colaboren en la atención. Ambos cuentan con vehículos más pequeños con los que pueden acercar a los sanitarios hasta los accidentados para atenderlos. Es lo que ocurrió el pasado 8 de agosto, cuando uno de los párrocos asistentes a la misa se desmayó por el calor y se golpeó en la cabeza al caer. Los sanitarios que lo atendieron llegaron a la catedral en un vehículo de la Policía Local de Ibiza cargados con sus «mochilas con material de primera intervención».

Estas maletas están siempre preparadas en la ambulancia e incluyen desfibrilador, oxígeno, monitor y fármacos, entre otros muchos elementos. Una, la de soporte respiratorio, que es de color azul, la carga el médico y la roja, la de soporte cardíaco, el enfermero.

Maletín amarillo

En el caso de que el paciente se trate de un niño cuentan también con un maletín pediátrico, que es de color amarillo, explica Crespo, que insiste en todo momento que lo importante es prestar una atención lo más rápida posible y estabilizar al enfermo para, si finalmente es necesario, trasladarlo en la ambulancia. Incluso en los casos más graves, se haría la primera intervención en el lugar antes de llevarlo en la camilla hasta la ambulancia, explica el coordinador pitiuso del 061, que señala que esto es lo más «laborioso» cuando se trata de casos que atienden en las zonas de playa, especialmente aquellos que suceden en las zonas más alejadas: «Hay que recorrer muchos metros, con mucho calor, al sol, por la arena, con una camilla que no rueda».

Crespo señala que, en ocasiones, también tienen que atender a personas en embarcaciones, para lo que necesitan que les acerquen por mar. De hecho, el médico del 061 explica que en ocasiones es la evacuación de los pacientes la que se tiene que hacer por mar, ya que es la única opción. El helicóptero, continúa el responsable del 061, no es una opción, ya que únicamente está autorizado para «transportes secundarios», es decir, que sólo puede llevar a un paciente desde un centro sanitario a otro.

Crespo señala que el personal ya está acostumbrado a los obstáculos que tienen que superar para las atenciones en playas o en el casco antiguo: «Es nuestro trabajo». Además, recuerda que no son los únicos casos en los que no pueden acercar la ambulancia hasta el lugar justo en el que se encuentra el paciente. También están las casas en mitad del campo en zonas como sa Cala, que no sólo están alejadas sino cuyo acceso, en muchas ocasiones, debe hacerse por caminos estrechos por los que difícilmente puede pasar una ambulancia.

Y aún hay más casos complicados. «Hay cuartos y quintos pisos sin ascensor, donde también es complicado», reflexiona el médico del 061, que reconoce que los profesionales que trabajan en el servicio de emergencias deben estar «en buena forma física». No se trata sólo de subir cuatro pisos, ascender calles empinadas o recorrer cientos de metros con peso a la espalda y a la mayor velocidad posible porque la vida de una persona depende de ello, sino de que, al llegar al lado del enfermo, ningún sanitario tenga que pararse unos minutos para recuperar el aliento, retrasando la atención.

Cuando se le pregunta si llevan agua en la ambulancia, Crespo ríe. Sí, llevan algunas botellas. «Pero son para los pacientes porque hay alguna medicación que debe tomarse con agua», justifica antes de destacar que el hecho de que no toquen las botellas de agua de la ambulancia no significa que se deshidraten en las actuaciones. «Nos tratan muy bien. Siempre hay alguien de los establecimientos que nos acerca agua», indica Crespo, que insiste en los obstáculos son algo intrínseco a las emergencias: «Es un trabajo que nos gusta, nos apasiona, y ésas son las condiciones».