La Guardia Civil busca desde ayer por la mañana a dos de los cuatro ocupantes de una lancha rígida de color azul de cinco metros de eslora, con un motor de 40 CV de potencia, que llegó sobre las 11.50 horas a Cala Salada, en Sant Antoni. Los agentes de la Guardia Civil, que siguieron desde el aire en un helicóptero la llegada de la patera a la costa, arrestaron en la misma playa a dos de los tripulantes, uno de mediana edad y otro más joven. Ambos llegaron en buen estado. Ni siquiera precisaron atención médica, si bien uno de ellos dijo a los agentes que es menor de edad y, con el fin de comprobarlo, fue trasladado a Can Misses para que se le realizara la 'prueba de la muñeca'. El resultado de esta prueba no se ha hecho público.

En el momento en que llegó a la costa la embarcación con los cuatro ocupantes -al parecer son un grupo de nacionalidad argelina que zarpó desde la zona de Argel-, la playa estaba llena de turistas y de lanchas fondeadas, de forma que nadie se dio cuenta del desembarco de los inmigrantes irregulares.

Los turistas de Cala Salada comprendieron lo que pasaba cuando los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local de Sant Antoni llegaron a la playa y buscaron a los tripulantes de la patera. «Iban vestidos con traje de baño y camiseta sin mangas, así que era difícil distinguirlos del resto de la gente que había en la playa», dijo un veraneante alicantino. «Los retuvieron y los tuvieron un rato en la playa hasta que al final se los llevaron», añadió. «Estaban bien, el más joven parecía más cansado, pero se les veía bien», dijo por su parte una mujer. «No tienen por qué detenerlos si no hacen nada malo», protestó otro turista que dijo que trabajaba en Valencia en una organización relacionada con la ayuda a los inmigrantes irregulares.

Agua y combustible

En el interior de la embarcación, había varias botellas con agua, ropa y bidones, presumiblemente con el combustible que habrán usado durante la travesía desde Argel. También había botas de agua y bastante ropa.

Efectivos de Salvamento Marítimo, Cruz Roja y la Guardia Civil se movilizaron el lunes tras el avistamiento, al suroeste de es Vedrà, de una lancha que podía ser una patera. No hallaron nada. Previamente, el domingo, se habían encontrado restos de una embarcación neumática que podría haber servido a otro grupo de inmigrantes para llegar hasta Ibiza. Sin embargo, ayer por la mañana, sobre las 11.50 horas, el helicóptero de la Guardia Civil divisó cómo la lancha azul rígida amarraba en la zona sur de Cala Salada.

Los agentes de la Guardia Civil entregarán a los dos detenidos a la Policía Nacional, que es competente en asuntos de Extranjería.

Después serán puestos a disposición del juzgado de guardia, que, presumiblemente, ordenará su ingreso en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), probablemente el de Barcelona, como ya sucedió con el caso de los ocho argelinos que en septiembre del año pasado desembarcaron en Formentera a bordo de una patera. Entonces cuatro de ellos dijeron que eran menores. En aquella ocasión al menos tres argelinos más consiguieron su propósito de quedarse en territorio español. Los otros ocho fueron repatriados a Argelia tras una breve estancia en el CIE de la capital catalana.

Oleada de avistamientos

A raíz de la publicación ayer en Diario de Ibiza de la búsqueda de una barca con inmigrantes argelinos en el sur de la isla, la Guardia Civil y los servicios de emergencia recibieron numerosos avisos de avistamientos de embarcaciones que se confundieron con pateras. Todas estas alertas resultaron ser falsas.