Los turistas suspenden, por segundo año consecutivo, a Ibiza y Formentera, según la última encuesta de Gadeso. Y es la masificación, la sensación de saturación, lo que, esencialmente, critican quienes viajan a ambas islas durante el verano.

En una valoración del 1 al 10, en la que esta última cifra es la máxima puntuación, Ibiza sólo obtiene de los turistas que la visitan un 4,7 (eso sí, 0,4 puntos más que hace un año) y Formentera un 4,9 (igual que en 2017).

Los servicios públicos (4,3) y el entorno medioambiental (4,1) son las peores notas que saca la mayor de las Pitiüses, mientras que el alojamiento y la oferta especializada aprueban con un 5 raspado.

En el caso de Formentera, catean su oferta especializada y sus servicios públicos (ambos con un 4,6), mientras que el entorno medioambiental (5,4) y sus alojamientos (5) al menos aprueban.

Los puntos más débiles de Ibizason, a juicio de los turistas, la percepción de masificación y sus servicios públicos, ambos «muy mejorables». Creen, además, que debería mejorar la protección y la gestión del medio ambiente, y observan como un «peligro» el uso inadecuado del alquiler turístico, así como la falta de control de servicios y alojamientos turísticos no reglados.

También ven puntos fuertes, como su oferta lúdica, las facilidades en las comunicaciones aéreas (al menos en verano) y sus productos diferenciados.

Critican la «excesiva saturación» de Formentera, así como sus servicios públicos, que también consideran saturados en la temporada alta. Y suspenden algo que debería preocupar a los empresarios de la isla: la pérdida de la relación calidad-precio. Es decir, que pagan demasiado por cosas que no valen tanto.

Entre los puntos fuertes de la pequeña de las Pitiusas se encuentran sus valores medioambientales, el satisfactorio trato personal y la calidad de sus aguas y playas.

Los turistas consideran, además, que el entorno urbano y paisajístico, la limpieza y la contaminación acústica en Eivissa son «muy mejorables». Resulta preocupante que también consideren «mejorables» sus aguas marinas y que estimen como «deficientes» sus sistemas de transporte público.

En cuanto a Formentera, los viajeros tachan de deficientes sus precios y su oferta comercial, y creen que son muy mejorables la masificación, que aprecian en sus principales parajes naturales, y su transporte público.