En Baleares existen actualmente ginetas en las islas de Cabrera, Ibiza y Mallorca. El estudio de 50 cráneos y 38 pieles de ejemplares de Ibiza nos permite diferenciar claramente esta población de todas las restantes paleárticas, hasta el extremo de justificar su descripción como una nueva subespecie. La denomino isabelae como homenaje y muestra de agradecimiento a mi esposa Isabel».

Corría el año 1977 cuando el biólogo Miguel Delibes de Castro (hijo del escritor vallisoletano) escribía estas líneas en el informe ´Sobre las ginetas de la isla de Ibiza´ y describía por primera vez la subespecie de la gineta ibicenca, que quedaba así bautizada con el nombre completo de Genetta genetta isabelae.

Por aquel entonces, la población de ginetas de la isla se recuperaba de la intensa matanza a la que la sometieron los cazadores llegados de la Península, los llamados garduñeros, que suministraban la preciada piel de estos animales a la industria peletera murciana. Fue, de hecho, tal presión cinegética, la que prácticamente exterminó a otro mamífero carnívoro de la isla, la garduña o marta ibicenca (Martes foina), que se dio por extinguida en los 70. El hallazgo de un ejemplar atropellado en es Amunts, en septiembre de 1998, hizo renacer, sin embargo, la esperanza de que este mustélido aún siga viviendo en bosques de la isla.

Es Amunts es, precisamente, la principal área de distribución de la gineta, donde la especie se considera abundante y donde el ocasional descubrimiento de las huellas de sus cuatro dedos o de las letrinas (donde depositan sus excrementos y que también sirven para marcar territorio) revelan su presencia. La segunda zona importante es sa Serra Grossa de Sant Josep. Sus hábitos nocturnos, su natural timidez y su hábitat explican que no sea un mamífero fácil de ver, a pesar de su relativa abundancia y aunque no son extraordinarias sus incursiones en zonas pobladas. Muestra cierta tendencia a frecuentar áreas limítrofes entre los bosques de pinos y los campos de cultivo, con preferencia por aquellos en los que existen higueras.

Al parecer, a la gineta ibicenca le gustan los higos. Este mamífero vivérrido, en principio carnívoro, ha incorporado la fruta a una dieta en la que también hay lagartijas, salamanquesas, artrópodos, pequeños mamíferos y algunas aves, según corroboró un estudio realizado en 2004 por tres biólogos ibicencos para la conselleria balear de Medio Ambiente. Esta alimentación la diferencia de sus parientes más cercanos y explicaría, asimismo, su menor tamaño, el principal rasgo por el que la variedad ibicenca se describió como subespecie; si las presas son pequeñas y escasas, la reducción del tamaño permite cubrir las necesidades energéticas con menor cantidad de alimento. Tampoco es necesario ser grande en una isla donde no se tienen depredadores. La gineta de Eivissa, un animal inconfundible por sus colores dorados, sus manchas oscuras y su cola anillada, cuyos patrones distinguen a los individuos como huellas dactilares, no sobrepasa los 1.300 gramos. Mientras que la variedad que puede encontrarse en Mallorca y en Cabrera puede alcanzar medio kilo más de peso.

En el libro rojo de los vertebrados de Balears, Genetta genetta isabelae está catalogada como especie «casi amenazada», y su caza está prohibida. En la actualidad, superada la presión cinegética, los atropellos en las carreteras suponen la principal amenaza para la gineta. Y estas muertes por arrollamiento pueden comunicarse, a través de facebook o al mail carnivorsib@gmail.com, a los miembros del grupo Carnivors IB, un proyecto de ciencia ciudadana iniciado por un grupo de alumnos de Biología de la UIB y que tiene como objetivo identificar los puntos negros de las carreteras de las islas y conocer mejor la distribución de los carnívoros de Balears.