En el discurso institucional del Vuit d'Agost, el presidente del Consell, Vicent Torres, mostró las dos caras de la isla, la de la fortaleza económica que proporciona la actividad turística y la de su parte negativa, como las dificultades para acceder a una vivienda a un precio razonable. Torres sacó pecho por la riqueza que genera el turismo en la isla en el breve discurso, de casi siete minutos, con el que se cerró, en el claustro del Ayuntamiento de Ibiza, el acto institucional de conmemoración de la conquista catalana. «Mientras otros destinos turísticos pierden visitantes, Ibiza mantiene un año más una posición de liderazgo, tirando de la economía balear, generando puestos de trabajo a un nivel muy por encima que antes de la crisis y recuperando salarios y condiciones de trabajo dignas», subrayó.

«No hay dudas de que tenemos una industria admirada en todo el mundo. De puertas afuera, Ibiza está considerada como un modelo de éxito», agregó Torres, antes de pasar a la autocrítica. «De puertas adentro, sabemos que hemos cometido equivocaciones. Es evidente que algo no hemos hecho bien cuando una parte de los ciudadanos ve el turismo como un problema y no como una oportunidad», reconoció. «Pero no caigamos en el error del discurso catastrofista y de rechazo al turismo», añadió.

Planificar el modelo turístico

El presidente destacó, en el último discurso de celebración del Vuit d'Agost de esta legislatura, que no sólo hay que recuperar «la confianza en nuestra industria», sino que hay que seguir trabajando en «combatir la oferta y las actividades ilegales». «Necesitamos tomar medidas para que la industria turística continúe siendo una fuente de riqueza y de prosperidad», resaltó.

En este sentido, el presidente ahondó en «el importante reto de definir un modelo turístico con criterios de sostenibilidad territorial y ambiental, corrigiendo desequilibrios y reduciendo la presión allí donde es excesiva». «Tenemos en nuestras manos una gran oportunidad y una gran responsabilidad: planificar la Ibiza que queremos», apuntó, al tiempo que señaló que se tiene que abordar la redacción del futuro Plan Director del Sector Turístico con el que «asegurar la viabilidad» de la industria del ocio «presente y futura».

La cruz de la moneda, una de las debilidades que provoca el turismo, es la dificultad para hallar una vivienda, «un problema de primer orden para las familias, personas mayores o jóvenes que se quieran emancipar». «Es un problema que hay que afrontar con toda la determinación, aplicando los recursos y todas las políticas que sean necesarias. Disponer de una vivienda es un derecho y una primera necesidad que el conjunto de las administraciones tenemos que ser capaces de garantizar», indicó.

También se refirió el presidente al drama de la inmigración. «Ibiza es una tierra de acogida, de oportunidades. Hay que desterrar cualquier muestra de racismo, intolerancia y de rechazo hacia aquellas personas que se juegan la vida buscando un futuro mejor. La amenaza del racismo recorre Europa y no lo podemos aceptar. No hace tantos años muchos ibicencos tuvieron que huir por razones económicas o por guerra y persecución», recordó, para agregar acto seguido: «No olvidemos nuestro pasado, seamos solidarios con estas personas que se juegan la vida en el Mediterráneo huyendo de un ciclo eterno de pobreza, como tuvo que hacer durante mucho tiempo la juventud ibicenca».

Regreso tras la ausencia de 2017

Torres también dijo estar «muy emocionado» por volver a pronunciar su discurso, después de la ausencia del año pasado por el ictus que sufrió, e incidió en que en el Vuit d'Agost se conmemora la llegada de los catalanes en 1235, que trajeron a la isla «una nueva lengua y cultura». «De generación en generación hemos seguido transmitiéndolas con orgullo hasta nuestros días. Hagamos de nuestra identidad el elemento de cohesión de esta sociedad tan diversa en la que vivimos», dijo, sin obviar el conflicto catalán: «Avanzamos hacia un país que reconoce y defiende la diversidad cultural y lingüística de su gente y que sea capaz de superar las fracturas sociales y territoriales que algunos quieren provocar».