Vivir en una caravana o una furgoneta. Esa es la alternativa a la que cada vez más gente se acoge en Ibiza ante la falta de vivienda, sobre todo en verano. Muchos trabajadores de temporada optan por este sistema barato de residencia, lo que les ahorra muchos costes económicos y quebraderos de cabeza. También están surgiendo empresas y particulares que tratan de sacar tajada de estos vehículos y los alquilan por días a turistas.

El número de caravanas que se observan por las calles y campos de Ibiza ha aumentado de forma notable en los últimos años. Y, además de estos vehículos de gran tamaño, fácilmente reconocibles, existe un número aún mayor de furgonetas (camperizadas o no) que, sin apenas signos externos que las identifiquen, sirven de alojamiento a cientos de personas.

Sin embargo, el aumento de este tipo de vehículos sobre las carreteras y en los campos ibicencos ha llevado a las administraciones a tomar medidas para evitar que proliferen sin control. De hecho, en el suelo rústico común y, por supuesto, en los espacios naturales protegidos, este tipo de vehículos está prohibido por el Plan Territorial Insular (PTI), que sólo permite acampar con caravana, autocaravana, furgoneta y, en realidad, a través de cualquier otra modalidad (incluyendo tiendas de campaña) en espacios autorizados como campings. En Formentera hace ya décadas que se aplica esta norma.

Las vehículos dedicados a la pernoctación en su interior y, por tanto, al uso como vivienda, generan residuos, tanto líquidos como sólidos, que han de ser adecuadamente descargados y tratados, cosa que sólo pueden hacer en un camping, pues de lo contrario se consideran vertidos contaminantes, según establece la normativa vigente.

Pero, así como la presencia de caravanas y furgonetas camperizadas en el campo está uniformemente prohibida en todas las Pitiüses, cuando se trata de los suelos urbanos (ciudades y pueblos), ya se observa una mayor diversidad de criterios. Una instrucción firmada en enero de 2008 por el director general de Tráfico, Pere Navarro, establece que «el régimen de parada y estacionamiento en vías urbanas se regulará por ordenanza municipal», si bien, como norma general, afirma que «las autocaravanas pueden efectuar las maniobras de parada y estacionamiento en las mismas condiciones y con las mismas limitaciones que cualquier otro vehículo».

Prohibido aparcar en Vila

Ahora bien, en el municipio de Ibiza, por ejemplo, está prohibido no sólo acampar con caravana (es decir, aparcarla, sacar toldos y fijar los soportes del vehículo al suelo), sino también estacionarlas. «La ordenanza de circulación de Vila prohíbe el estacionamiento de autocaravanas, remolques y vehículos especiales de grandes dimensiones», informa la concejala de Policía, Rosa Rubio.

«Debido a la dificultad de encontrar vivienda, en los últimos años se ha detectado una especial presencia de autocaravanas en la isla», admite la concejala. Pero sigue tratándose de una ilegalidad: «La Policía Local realiza actuaciones de control de manera periódica, especialmente a través de los policías de barrio y la Unidad de Medio Ambiente, que son los que detectan el estacionamiento de caravanas», añade Rubio. Actualmente se está desarrollando una campaña de vigilancia, que, sin embargo, no parece haber llegado aún a las cuatro o cinco caravanas estacionadas todos los días en las calles es Cubells o es Jondal, en la periferia del casco urbano. Las multas previstas oscilan entre los 90 y los 200 euros.

Incluso, está prohibido estacionar en los aparcamientos disuasorios. Hace unas semanas se ordenó la retirada de dos autocaravanas acampadas detrás del recinto ferial.

No pernoctar en Santa Eulària

En Santa Eulària, en cambio, la situación es algo diferente. La concejala responsable del área, Carmen Ferrer, señala que en suelo rústico «se aplica el Plan Territorial», que impide el estacionamiento de vehículos. En suelos urbanos, en cambio, «se puede aparcar, pero no durante más de 15 días y siempre que no se utilice como vivienda». Es decir, «no se puede pernoctar» en uno de estos vehículos en suelos urbanos.

Las autocaravanas en Santa Eulària «pueden circular y aparcar como cualquier vehículo, pero no se puede pernoctar en su interior, a no sea que estén dentro de un camping», añade Ferrer. La concejala explica que precisamente el año pasado entró en vigor una ordenanza para regular este asunto, en la que se prevén multas de 300 a 600 euros para quienes la incumplan. En 2017 se abrieron 48 expedientes y en lo que va de 2018 ya son 22.

La ordenanza afecta en realidad a todo tipo de pernoctaciones al aire libre, pues persigue luchar también contra los asentamientos ilegales que a menudo se detectan en el campo. «El mayor problema de todos estos asentamientos, sea en autocaravana o en otro habitáculo, es el peligro de incendios y los vertidos de residuos. De hecho, en 2015 hubo un incendio en una caravana donde murió una persona», recuerda.

Sant Antoni, por su parte, sostiene que «no está prohibido estacionar en la vía pública» o en aparcamientos destinados al público en general, como es el caso del de ses Variades. En cambio, no se puede acampar, es decir, la autocaravana no puede desplegar los accesorios de que va provista. En este aparcamiento se acumula un buen número de estos vehículos, donde pernoctan sus usuarios habitualmente. El Ayuntamiento asegura que este mismo verano se han retirado algunas que estaban abandonadas.

«No debería ser un problema»

Ya hay también algunas empresas que se dedican a alquilar caravanas y furgonetas en Ibiza. David Chacón es un autónomo que tiene tres furgonetas camperizadas y las alquila por entre 100 y 150 euros la noche. No entiende los «obstáculos» que les pone la Administración. «Estamos evaluando si seguimos o qué, porque los ayuntamientos cada vez ponen más problemas para movernos con la furgoneta», afirma.

«Creo que el propietario de un vehículo de estos, mientras no haga nada fuera de lo normal, no debería tener ningún problema», añade. «Uno de los sitios donde más nos multan es en Benirràs, donde tenemos dos o tres denuncias por temporada. Resulta que vas allí, te hacen pagar tres euros por dejar el coche bajo un pino y luego, encima, te multan», continuó. Al ser preguntado sobre la gestión de los residuos que hacen los usuarios de las furgonetas, Chacón dijo que éstas «sólo tienen duchas exteriores y lavabos químicos que casi no se usan. En todo caso, en las gasolineras se pueden vaciar».

Sea como sea, lo cierto es que como residencias o negocio turístico, las caravanas y furgonetas parecen estar en pleno auge.