Dar a conocer a las personas que hay detrás de la Fundación para la Conservación de Ibiza y Formentera (Ibiza Preservation Fund, IPF, por sus siglas en inglés), mostrar los proyectos que han llevado a cabo desde su creación, en 2008, y las iniciativas que han impulsado en estos diez años son algunos de los objetivos de la memoria anual de este año de la entidad, que celebrará una fiesta para recaudar fondos en su décimo aniversario el 22 de agosto en la finca Los Olivos.

William Aitken, Ben Goldsmith y Serena Cook plantaron la semilla de la Ibiza Preservation preocupados por las consecuencias de la masificación turística en la isla. «En 2008 vimos que Ibiza corría el riesgo de llegar al límite, ya que su crecimiento estaba perjudicando su entorno, por lo que pensamos que debíamos hacer algo». «La urbanización vertiginosa de su litoral, la demanda creciente de recursos naturales, la destrucción de las praderas de posidonia, el abandono agrícola y un incremento insostenible de la generación de residuos y el consumo energético» son algunos de los problemas que les impulsaron a crear esta fundación, cuyo reto es el mismo diez años después: trabajar por la sostenibilidad de las Pitiüses. Para ello, esta entidad sirve de «enlace» entre expertos, administraciones locales, ONG, empresas y entidades públicas y recauda fondos para llevar a cabo proyectos ambientales en Ibiza y Formentera.

Los 10 logros

Durante los diez años de trabajo, esta fundación destaca sus «logros más importantes», entre los que destacan la Alianza Mar Blava. Su promoción y financiación fue esencial para «dar voz a la comunidad local» ante la amenaza de sondeos en el Mar Mediterráneo. Esta entidad (que ha logrado la unidad tanto de entidades públicas como privadas) ha evitado cuatro proyectos de prospecciones petrolíferas y ha impulsado la creación de un corredor de migración de cetáceos.

En segundo lugar, subrayan 'El mar, una reponsabilidad compartida', una iniciativa que contó con la colaboración del GEN-GOB Ibiza y con la fundación Adessium. Además, también financió el proyecto de Manu San Félix de cartografiar las praderas de posidonia para vigilar su evolución y desarrollar una aplicación para móviles que permita guiar el fondeo de embarcaciones.

En tercer lugar, han contribuido a un proyecto piloto de Apaeef (Associació de Productors d'Agricultura Ecològica d'Ibiza i Formentera) y del Consell para conservar los almendros de Ibiza con la plantación y el seguimiento de 800 nuevos pies de este árbol.

Otro de los proyectos clave de esta fundación ha sido un estudio financiado en 2017 por IPF y desarrollado por la Universitat de les Illes Balears (UIB), que ha servido para «poner las bases» para abordar la capacidad de carga de las Pitiüses. En esta investigación se desarrollaron 28 indicadores de sostenibilidad en cuestiones como turismo, usos del territorio, agua, residuos, energía, biodiversidad y transporte. «Los indicadores constituyen una base de datos rigurosa y sólida, que será utilizada para promover un debate sobre desarrollo a largo plazo», señala la entidad en su última memoria, disponible en su página web https://ibizapreservationfund.org

La puesta en marcha de la Alianza del Agua para mejorar la gestión de este recurso, la creación de una reserva marina en Tagomago, promover la agricultura y las producciones locales (como la recuperación del porc negre) y la protección de los humedales de ses Feixes junto con el GEN-GOB y Amics de la Terra completan los diez hitos de esta entidad.

En cuanto a las cifras, Ibiza Preservation Fund ha recaudado en una década un total de 1.098.000 euros, ha financiado 40 proyectos y ha trabajado con 24 entidades. «La fundación aún tiene mucho que ofrecer y tenemos que seguir trabajando para conseguir una Ibiza sostenible», concluye Aitken, uno de sus cofundadores.