Cerca de doscientos taxis colapsaron durante la mañana de ayer la circulación en algunas de las principales calles de Vila, durante el recorrido de dos horas con el que se sumaron a las protestas que se llevan a cabo a nivel nacional contra la proliferación de las licencias de vehículos de alquiler con conductor (VTC). Los taxistas de Ibiza pararon sus servicios de nueve a doce del mediodía y sólo accedían a llevar a cabo unos «servicios mínimos sociales» para trasladar a usuarios a los centros sanitarios, así como a ancianos o familias con niños.

Además de suspender el transporte de pasajeros que no contaran con esas necesidades especiales, los conductores que secundaron la protesta se concentraron desde las nueve de la mañana en el aparcamiento de la piscina de Can Misses para preparar su caravana multitudinaria por Vila. El presidente de la Federación Insular del Taxi (Fitie), Alejandro Cardell, explicaba el recorrido que había acordado mientras llegaban conductores de todos los municipios y que pasaría por el primer cinturón de ronda, avenida Espanya, Ignasi Wallis y de nuevo el cinturón hasta concluir la marcha en Can Misses.

«Acabo de hablar con el aeropuerto y sólo hay uno o dos taxis en la cabecera para cumplir con los servicios mínimos y hacer que se respete la huelga», indicó Cardell. Preguntado sobre si esta presencia en las paradas ejercía funciones similares a las de un piquete, el presidente de la Fitie añadió que «si alguien quiere trabajar, pude hacerlo, pero el resto tenemos derecho a pedirle que no lo haga». Cardell también anunció que, pese a que «el Ministerio de Fomento ha movido ficha», no descartan emprender nuevas movilizaciones de protesta en la isla en los próximos días, «hasta que esté el firmado el decreto [para que los ayuntamientos asuman todas las competencias para regular las licencias VTC]».

Divergencias con los asalariados

«Nuestras reclamaciones son exactamente las mismas que en Barcelona para regular las VTC», explicaba Cardell ante los periodistas que acudieron a la concentración previa a la caravana de protesta. En ese momento interrumpió sus declaraciones Ángel Jiménez, el presidente de la Asociación de asalariados del taxi de Santa Eulària, que le instó a explicar «por qué las patronales baleares del taxi han pedido 700 licencias de VTC».

Después de que Cardell finalizara su intervención con la prensa, el representante de los asalariados acusó a la patronal de «estar haciendo el paripé, convocando un paro de sólo tres horas cuando en Barcelona o Madrid llevan siete días», criticó.

«En el resto de ciudades no aceptan las VTC y están peleando, mientras que aquí la federación del taxi se ha subido al carro pidiendo las licencias y ahora vienen a esta concentración a quedar bien», indicó el representante de los asalariados. En la concentración de Can Misses también estaban presentes buena parte de los miembros de la asociación Élite Corsaris, que acusaron al presidente del Consell, Vicent Torres, «de no haber aprendido la lección» por asegurar el día anterior que los taxistas de las islas no sufrían los mismos problemas que en la Península «al aprobarse una normativa que fija un cupo de licencias».

Desde Élite Corsaris, uno de sus portavoces, Lolo Ruiz, matizó que «aquí también afecta porque las VTC de fuera vienen a Ibiza a trabajar, ya que pueden facturar hasta un 20% fuera de su comunidad».

Más competencias autonómicas

Por su parte, el conseller de Territorio, Energía y Movilidad, Marc Pons, declaró ayer que el Govern balear está dispuesto a «asumir más competencias en materia de taxi si el Gobierno central las transfiere». Pons indicó que en Balears, actualmente, existen unas 14 licencias de taxi por cada permiso de VTC, una proporción que, a su juicio, «supone un equilibrio razonable».