El Consell de Ibiza ha reducido considerablemente la autorización de viviendas en suelo rústico durante el primer año de aplicación de la Norma Territorial Cautelar (moratoria), aprobada en noviembre de 2016. La Comisión Insular de Ordenación del Territorio y Patrimonio (Ciotupha) dio el visto bueno el año pasado a la edificación de 19 casas en el campo, lo que supone una reducción del 57% en comparación con la cifra de 2016 (44).

En 2015, el Consell autorizó 51 viviendas en suelo rústico, 48 en 2014 y 64 en 2013. Los dos años anteriores, en 2012 y 2011, se informó a favor de un total de 87 casas (cada año) mientras que en 2007 y 2008 se registró el máximo de la última década, con 114 y 98 viviendas, respectivamente.

Desde el año 2000, la Ciotupha ha informado favorablemente a la construcción de 1.242 casas en suelo rústico, con el máximo apuntado en 2007 y 2008. Hay que tener en cuenta que el Consell de Ibiza da el visto bueno a la edificación de viviendas en el campo tras comprobar si los proyectos cumplen los requisitos de parcela mínima y aprovechamiento urbanístico, además del impacto territorial, pero son los ayuntamientos a los que les corresponde la concesión de la licencia de obra (si se cumple con toda la normativa). Por tanto, pese a que el informe de la Ciotupha es vinculante en el caso de que sea desfavorable, todos los proyectos que pasan este filtro no obtienen obligatoriamente el permiso de obra municipal para edificar.

El objeto de la moratoria, que el Consell pretende consolidar a través de una modificación del Plan Territorial de Ibiza que está tramitando en este momento, es frenar «la especulación» en suelo rústico. La moratoria no ha dejado en suspenso la construcción en suelo rústico, pero no sólo ha reducido las dimensiones de las casas, sino que también impide su edificación en zonas boscosas. Otra de las cuestiones que también reduce las posibilidades de levantar una casa en el campo es la prohibición de segregaciones (divisiones de parcelas), salvo en los casos de transferencias de padres a hijos.

La solicitud de autorizaciones para edificar o reformar viviendas en el campo se disparó en 2016, el año en el que se aprobó la moratoria. El efecto llamada de la Norma Territorial Cautelar condicionó la entrada de 177 proyectos de construcción o reformas de casas en el campo, casi el doble que en 2015 (92), según la memoria del departamento de Territorio del Consell.

Viviendas en área protegida ANEI

Al margen de la moratoria, el Govern balear impidió desde enero de 2016, primero con un decreto y después con la nueva Ley balear de Urbanismo, la construcción de viviendas en Área Natural de Especial Interés (ANEI) ni en la Red Natura 2000 (LIC o ZEPA).

Las Pitiusas eran las únicas islas donde, hasta principios de 2016, se podía edificar en ANEI. Durante los cuatro años previos a la aprobación de esta prohibición, la Ciotupha había informado favorablemente a la edificación de 35 viviendas en este tipo de suelo protegido (a partir de una parcela de 50.000 metros cuadrados): 14 en Sant Antoni, siete en Sant Josep, siete en Santa Eulària y siete en Sant Joan.

Esta cifra suponía el 17% del total de proyectos aprobados por el Consell en suelo rústico durante el mismo periodo (209). Hay que tener en cuenta que a partir de 2012, el anterior gobierno insular del PP dio salida a los expedientes que habían quedado parados con la moratoria en ANEI que aprobó el Ejecutivo autónomo de centro izquierda a finales de 2007. En todo caso, ese año, la Ciotupha sólo dio el visto bueno a cinco proyectos en ANEI (de 51 en suelo rústico), aunque el año siguiente se dobló a 11 (de 64 casas en el campo).