El nuevo sistema de tratamiento biológico de la depuradora de Santa Eulària ya está en marcha, casi dos meses más tarde de lo previsto, lo cual, según defiende la conselleria balear de Medio Ambiente, ha incidido en las molestias por malos olores que provoca la planta. Ahora, con este sistema biológico se tiene que notar «un cambio notable», según el gerente de la Agencia Balear del Agua (Abaqua), Antoni Garcias, dependiente del Govern.

En todo caso, el gerente de Abaqua advierte de que el problema del hedor que sufren los vecinos no sólo se origina en la depuradora, sino que una parte lo desprenden las alcantarillas por «unas malas conexiones» que, según dijo, debe resolver el Ayuntamiento. «Es muy fácil decir que todo el problema es de la depuradora», apunta Garcias, que, asimismo, agrega que en los últimos días, cuando aún no se había puesto en marcha el sistema de tratamiento biológico, «la planta ya no olía tanto». En este sentido, recuerda que a causa del retraso en el tratamiento biológico, se instalaron unos aireadores artificiales para tratar de mitigar las molestias a los vecinos de la zona.

Hedor de las alcantarillas

Los olores se concentran «en cuatro o cinco puntos», sostiene el gerente de Abaqua. «Los técnicos [los mismos que gestionan la depuradora] dicen que salen de las alcantarillas. Yo no quiero acusar a nadie. Todas las quejas se localizan cerca de las tuberías y a partir de las 22.30 horas, que es cuando se vacían», explica.

Garcias asegura que el tratamiento biológico contribuirá a reducir los olores en estos puntos porque el flujo de las canalizaciones será más «continuo y éstas no irán tan cargadas».

Por su parte, el concejal de Urbanismo de Santa Eulària, Mariano Juan, explicó que, al margen de la depuradora, existe «un problema tradicional» de malos olores , pero en la zona de la rotonda de s'Argamassa, procedente del colector, que depende de Abaqua, porque hay algunos puntos en los que la canalización forma un sifón que provoca unos gases que salen por las arquetas de la carretera. Para evitarlo, hace unos años el Ayuntamiento, en colaboración con Abaqua, instaló unas chimeneas (de 10 metros), que se camuflan como si fueran farolas, para extraer los gases. El problema persiste, «pero se redujo bastante», indica Juan, quien, de todos modos, puntualiza que el olor del colector no tiene nada que ver, por su menor intensidad, con el de la depuradora.

Nuevo colector

El proyecto de ampliación de la depuradora incluye la sustitución de este colector, que es el que conduce las aguas residuales de es Canar a la depuradora, por otro nuevo, que, además, funcionará por impulsión en todo el trazado.

Inicialmente, el Ministerio de Medio Ambiente había previsto construir la nueva canalización paralela a la actual, pero por el interior de fincas privadas. Tras recibir quejas de los vecinos afectados, el Consistorio contactó con el Ministerio varias veces para tratar de reconducir el proyecto al objeto de que el colector se situase por debajo de la carretera. Hubo «reticencias», pero finalmente aceptaron, después de que el Ayuntamiento justificara técnicamente, según Juan, que era «más fácil por una cuestión de niveles», instalar la canalización por la carretera.

Hace unos meses, el Ministerio aprobó el cambio de trazado. «Esta nueva canalización tiene que acabar definitivamente con el problema de los olores a la altura del Camí del Rei [el restaurante] porque al trasladar el agua por impulsión no se acumulará, según explican los técnicos», indica el concejal.