Hoteleros y oposición han criticado al Consell por dejar pasar la oportunidad de aumentar el número de inspectores de turismo, pese a haber incrementado notablemente la plantilla de la institución. Vicent Torres Ferrer, responsable del área, asegura que no es posible aumentar más los efectivos, pero afirma que los dueños de pisos turísticos empezarán a recibir multas de hasta 40.000 euros. Por otra parte, Torres Ferrer admite que los beach clubs funcionan sin disponer de los requisitos legales necesarios, si bien se resiste a calificarlo de ilegalidad.

¿Es normal que el Consell aumente su plantilla en 32 personas y no se incremente el equipo que se dedica a perseguir los pisos turísticos?

La plantilla que se ha aumentado viene derivada de las competencias recibidas. Hemos cambiado una plaza de inspector por una de instructor, porque es la necesidad que tenemos. Ya sé que hay gente que se pregunta si seis inspectores son suficientes. Pero es que las plantillas, hoy en día, son insuficientes, no en turismo, sino en todos los departamentos. Pero hay que marcar prioridades. Si tienes muchos inspectores y te levantan muchas actas, pero luego no tienes suficientes instructores para tramitarlas, no sirve de nada. Por eso hicimos este cambio. La instrucción es algo engorroso y complicado.

¿Pero da para mucho diez personas (seis inspectores y cuatro instructores) cuando hay miles de ilegalidades que combatir?

No. Las plantillas deberían ser más grandes, pero hay las restricciones que hay en cuanto a personal, y hoy por hoy es imposible ampliar plantillas, a no ser que vengan por transferencias o funciones nuevas, que no se da el caso en turismo.

¿Qué aspira a controlar el Consell con tan poca gente?

Bueno, se han producido avances importantes. Ha habido cambios en la normativa que permiten hacer cosas que no se podían hacer antes. Con las alegaciones que se presentaban a los expedientes, el proceso se hacía complicado. Ahora, con estos cambios, se puede sancionar a los propietarios, por primera vez, porque antes no se podía. Se puede también actuar contra las grandes plataformas, independientemente de que el Govern les haya abierto también expedientes...

Por tanto, una persona que alquile un piso o casa a turistas sin permiso, ¿a qué se puede enfrentar a partir de ahora?

Alquilar pisos a turistas está prohibido. Una persona que lo haga ha de saber que puede recibir una sanción de 40.000 euros. Es el máximo posible, pero tenemos claro que cuando tipifiquemos la infracción aplicaremos el máximo posible. Hay que tener claro que si no se puede, no se puede.

¿Pero cuánto tiempo puede pasar desde que se abre el expediente hasta que se impone la multa? Esto suele tardar bastante...

Como sabe, en febrero de este año el Consell de Alcaldes acordó un protocolo de actuación entre Consell y ayuntamientos. Ya se ha puesto en marcha esta colaboración y se han hecho inspeciones conjuntas que han dado muy buenos resultados. Si hoy se abre un expediente a una persona, ese expediente va adelante. La sanción ya la tiene, porque ya no hay la discusión sobre qué cosas te permite o no te permite multar la ley. Desde el momento en que se hace una inspección con un policía y se ve que hay un piso alquilado a turistas, la prueba es flagrante. La multa es segura. Tardará más o menos, pero la sanción le llegará. Es como cuando a uno le ponen una sanción de tráfico.

¿Las actuaciones sancionadoras se limitarán a multas o se cerrará también el negocio ilegal que supone el alquiler turístico en esas viviendas?

Cerrar físicamente el negocio, no podemos, porque estamos hablando de una vivienda residencial. Ese es el problema. Estamos mirando la posibilidad de que las viviendas turísticas (los pisos no, porque están prohibidas) tengan también una licencia de actividad. Esto permitiría hacer un precinto, pero hoy no podemos. En todo caso, queremos ser muy estrictos. El discurso ese del ´yo no lo sabía´, que hacen muchos propietarios, que alegan desconocer que su inquilino subarrendara la vivienda, ya no vale. Ahora la ley permite actuar contra el propietario y contra las organizaciones que hay.

¿Antes no se podía?

No, porque la ley de 2012 hablaba siempre del comercializador, que podía ser el propietario, pero podía ser también un tercero, y entonces luego ya se complicaba.

En el caso de las estafas, es decir, cuando alguien paga por adelantado el alquiler de una vivienda que luego resulta no existir, ¿el Consell puede hacer algo?

El Consell en este tema no tiene competencias. Lo que hacemos es pasarlo a la Agencia Tributaria o, si es el caso, a Fiscalía. Tenemos un problema de legislación estatal muy grande. Hemos solicitado que se modifique la ley, que es muy débil y no da competencias a las autonomías.

¿Qué periodicidad tendrán estas batidas que se hacen con la policía contra los pisos ilegales? La Policía Local tiene también los efectivos limitados y mucho trabajo...

Es algo que se planifica antes, se habla con los ayuntamientos, se va allí donde hay más denuncias... Ya vamos allí donde sabemos seguro que hay turistas. Tenemos unas cuantas más planificadas. Hemos hecho también alguna que no ha dado tanto resultado, pero ha servido porque los vecinos te dicen qué pisos están alquilados y cuáles no. O sea, recibes una información. El año pasado también tuvimos unos informadores que nos sirvieron para detectar muchos pisos turísticos.

Pero para saber dónde hay pisos turísticos ilegales no hace falta más que mirar la web de Airbnb o Booking...

Sí, es cierto. He de decir que últimamente los miro mucho, porque sorprende lo que hay aquí. Pero una cosa es que veas un anuncio y otra es que se materialice finalmente lo que pone ese anuncio. De hecho, aquí enfrente del Consell tenemos un piso que sabemos que se alquila, pero ahora mismo está vacío...

¿La simple comercialización no es ya una infracción?

Se está trabajando en ello: los expedientes que se han abierto a Airbnb y a otras plataformas más locales van esta línea. Y también hacemos requerimientos. Cuando se detecta un anuncio, se envía un requerimiento.

En cuanto a los beach club, parece que legalmente no existen...

Bueno, no es exactamente así. Aquí vinieron los representantes de Prou y luego quizá se sacaron un poco las palabras de contexto. Luego lo rectificaron. Cuando se hizo la Ley Turística se introdujo la figura de los clubs de playa. Lo que pasa es que dentro de la Ley de Actividades no está tipificada esta actividad. Por tanto, los ayuntamientos que no hayan adaptado sus ordenanzas a esta nueva figura, no pueden dar autorizaciones. Y el Consell sólo registra, no autoriza. Se necesitan permisos del Ayuntamiento, de Costas... Lo que sucede es que los promotores presentan una declaración responsable y pueden empezar acto seguido. Luego esto se ha de comprobar y el inspector va visitar que se tengan todos los permisos. Lo que sucedió es que fue el inspector y vio que nadie tenía las correspondientes licencias. No es que haya ninguno ilegal, es que no cumplen los requisitos.

¿Y eso no es ser ilegal?

Sí, es ser ilegal o tal vez no estar adaptado a la normativa vigente. Si un ayuntamiento sólo los puede autorizar como restaurante puro y duro deberá ceñirse a ser restaurante.

¿Cómo valora la marcha de la temporada turística actual?

No podemos seguir batiendo récords en verano, aspiramos a alargar la temporada en otros meses. En los últimos años hemos alcanzado cifras muy elevadas, pero al mismo tiempo se habajado la media de estancia. Recuerdo hace bastantes años que la gente venía por una semana o diez días, y ahora en ese plazo por la misma habitación pasan varios clientes. Por tanto, ese tema está cambiando. En cuanto a este año, en marzo hubo un crecimiento importante, porque Semana Santa llegaba antes, y abril fue también muy bueno. La cifra de ocupación hotelera de junio ha sido también bastante buena. Es cierto que tenemos un problema de precios. Basta verlo en las plataformas haciendo una búsqueda en internet. Espero que los empresarios de hostelería, que son quienes fijan estos precios, hagan lo que han de hacer.

Pero cuando, hace años, los precios eran muy bajos, la gente se quejaba. Ahora que son muy altos, también. ¿En una economía libre es posible lograr un punto medio?

Antes dependíamos mucho de los turoperadores y eran los que marcaban los precios. Ahora la cosa ha cambiado y la gente contrata directamente sus vacaciones. El precio lo marca ahora la oferta y la demanda, no tanto el turoperador.