La historia es la misma cada verano. Los barcos fondean a pocos metros de la costa en es Caló des Moro, en Sant Antoni, y los residentes no pueden pegar ojo. Pero en esta ocasión, un joven vecino de la zona, Mikel R. Lejarza, de 28 años, no se lo pensó dos veces y se lanzó al mar la madrugada del jueves para pedir al capitán de un yate, que le molestaba a él y a más vecinos, que bajara la música porque no podía dormir y madrugaba para entrar a trabajar.

«Ayer [por el jueves] sobre las doce de la noche un barco comenzó a poner música muy alta, había gente gritando y estaban muy cerca de la costa, a 50 metros como mucho », relató Lejarza. «Estuvimos llamando a la policía mi madre, otros vecinos y yo. La Policía Local nos derivó a la Guardia Civil y la Guardia Civil dijo que estaba haciendo gestiones con el Ayuntamiento, pero sé que ellos no tienen un barco que puedan usar por la noche », explicó.

Desde las once de la noche, hora a la que se había acostado Mikel R. Lejarza, hasta las 2.15 no pudo dormir por el ruido. «La policía ni apareció en las dos horas que pasó esto», lamentó, antes de añadir: «Al final, desesperado porque a las ocho me levanto para ir a trabajar, me puse el bañador y me fui hasta el barco a las 2.15 de la madrugada». Este joven, que trabaja en una empresa náutica, nada desde pequeño y bucea a pulmón, por lo que no tuvo reparos en nadar hasta el yate a brazadas en mitad de la noche.

El joven nadó hasta la embarcación y se quedó a unos diez metros de ella, por precaución ­(ya que si el barco arranca el motor puede ser peligroso) desde donde discutió con «el armador». «Le dije que bajara la música de malas maneras, porque, claro, si me tengo que ir hasta allí nadando para decirle que la baje porque tengo que dormir...».

La tripulación aceptó la petición del joven y se fue navegando por la bahía de Sant Antoni «con la música a tope», según Lejarza, hasta atracar en Es Nàutic.

El ´Medusa Dubai´

A la mañana siguiente, este vecino buscó el yate en el puerto deportivo y lo fotografió. Su nombre, afirma, es el ´Medusa Dubai´. «Con este barco no me había pasado nunca », aseguró, y explicó que el yate ´Harmonya´, que ardió frente a es Caló des Moro, sí que se dedicaba habitualmente a acoger fiestas. «Pero ya no aguanté más y dije: este año voy y que bajen la música», relató Lejarza.

«Creo que hay suficiente mar para irte de fiesta», reflexionó, y lamentó que la Policía Local no dé soluciones. «Este año parece que llamas a la policía y te ignoran. Ni aparecen. Con tener una lancha por la noche para ir y decirles que no se puede poner música, se asustarían y pararían la fiesta », consideró Lejarza. «Esto pasa todos los veranos, si no es este barco es otro, lo que sucede es que éste rozaba lo absurdo, porque tenía el volumen muy alto», insistió este vecino de Sant Antoni. «Si te levantas a las ocho de la mañana y son las dos de la madrugada y tienes que esperar a que ese hombre baje la música y se vaya por voluntad propia, no duermes en toda la noche», concluyó. Fue un acto de «desesperación», admitió este joven.

El Ayuntamiento de Sant Antoni aseguró que estas situaciones y las molestias que generan a vecinos «no se pueden tolerar», por lo que están valorando las actuaciones que se pueden llevar a cabo.