Junto con los múltiples motivos enumerados por los dirigentes de la patronal hotelera pitiusa para explicar la bajada de reservas para julio y agosto, el vicepresidente de la patronal, Juanjo Riera, no dudó en añadir otro argumento, del que serían responsables los propios hoteleros: unos precios excesivamente caros. «Tal vez haya que hacer autocrítica. Quizá hemos llegado a una cúspide de precios», opinó en la rueda de prensa ofrecida ayer al mediodía con motivo de la asamblea general anual.

Normalmente, los hoteleros achacan todos los males a causas externas y también políticas, pero por primera vez plantearon que ellos mismos también son culpables de la situación, al haber iniciado una escalada de precios que ahora empieza a desinflarse, al menos en casos concretos.

«¿Que es posible que tengamos que moderar precios? El tiempo lo dirá», señaló Riera, quien recordó que la subida experimentada por las plazas hoteleras pitiusas en los últimos años «no ha salido gratis a los empresarios, porque han invertido para hacer muchas reformas».

Riera no pudo aclarar qué porcentaje de subida han experimentado las tarifas pitiusas en los últimos años, pero recordó que «esto es un mercado de oferta y demanda. Si baja la demanda, tendremos que hacer algo para incentivarla», añadió.

Tras la rueda de prensa, otros directivos de la patronal hotelera admitieron ante este diario que mediante una bajada de precios la ocupación prevista se reactivaría de forma «automática». Sin embargo, «hay que ver si interesa, porque si se baja el precio se está depreciando el producto», advirtió este hotelero.

Otros empresarios consultados por este diario recordaron que la caída de reservas no es algo exclusivo de las Pitiüses, puesto que en Barcelona se está viviendo una importante preocupación por los descensos que experimenta este gremio. «Los mismos destinos que en los últimos tres años experimentaron unas subidas de récord son los que ahora están desinflándose un poco», añadió este empresario.