Si la percepción de los empresarios turísticos pitiusos es que esta temporada está siendo «floja», la Encuesta de Gasto Turístico (Egatur) lo confirma: en mayo (datos publicados esta semana) se registraron 1,97 millones de pernoctaciones, lo que supone una caída interanual del 9%. Y en lo que va de año se han contabilizado 3,63 millones, un 6,7% menos que en el mismo periodo de 2017.

Pintan bastos este verano, como ya avisaron los hoteleros en las ferias turísticas de Londres, Madrid y Berlín, pese a que los responsables políticos del Consell negaban la mayor. En cuanto a las pernoctaciones, es precisamente el mercado español el que más se resiente: sus 299.286 pernoctaciones de mayo representan una caída abrupta del 21,3%. En lo que va de año pasaron un millón de noches en la isla, una bajada del 15,4%. El incremento de vuelos y, sobre todo, el aumento del descuento para vuelos interislas salvaron el invierno, pero una vez ha llegado la temporada pura y dura, las estadísticas vuelven a reflejar la cruda realidad, según advierte Ángeles Nogales, gerente de Fomento del Turismo. También bajaron las pernoctaciones (un -6,4%) de extranjeros en relación a mayo de 2017 (así como un 2,8% en el acumulado del año).

Los españoles, cada vez peor

Los españoles, cada vez peor

Hay datos alarmantes. Por ejemplo, el de la estancia media de los turistas, que se ha desmoronado un 9,9% en mayo, al pasar de los 5,7 días de 2017 a los 5,1 de 2018. En lo que va de ejercicio, es aún peor, pues el descenso es del 11,6%. Los visitantes han pasado en las Pitiusas una media de 5,2 días, 0,7 jornadas menos que en 2017. Y a menos tiempo, los hoteleros y empresarios del sector necesitan más turistas para que las cuentas les cuadren.

Los españoles vuelven a ser, en esta estadística, los que peor comportamiento tienen. Su estancia media bajó un 21,7% en mayo (de 5,7 a 4,4 días) y un 21,7% en el acumulado del año (de 6,1 a 4,8 jornadas). En el caso de los extranjeros ha caído un 7,2% y un 7,1%, respectivamente, que no es poco.

El gasto turístico del mes de mayo tampoco es para tirar cohetes. Ascendió a 313 millones de euros, cantidad prácticamente idéntica a la de 2017. Y la suma de los cinco primeros meses del año sube a 521 millones de euros, un 1,7% más que en el mismo periodo de 2017.

En bruto, ese 1,7% podría interpretarse como estancamiento. Pero si se analiza por partes, refleja un negro panorama para los hoteleros: el gasto acumulado en alojamientos de mercado (hoteles y establecimientos similares, además de viviendas turísticas con licencia) fue de 389,7 millones de euros, un 2,8% menos que en 2017, mientras que el realizado por quienes escogieron la oferta ilegal (en portales de Internet, por ejemplo) fue de 131,2 millones de euros, un 18,2% más.

Mejor en casas ilegales

Mejor en casas ilegales

No es de extrañar, pues, la desazón reinante en el sector hotelero, que ve cómo la oferta ilegal le pisa los talones. Así, si se atiende al gasto por viajero durante su estancia, la media de los cinco primeros meses del año es de 882 euros en los alojamientos legales, un 3,6% menos que en mayo de 2017; en las viviendas ilegales fue de 508 euros, casi un 3% más que hace un año.

Ha mejorado, eso sí, el gasto por día, que en 2018 es, de momento, de 180 euros en el caso de hoteles y viviendas regladas, un 6,2% más en términos interanuales; en las viviendas ilegales fue de 89 euros, un 23% más. ¿Por qué, entonces, bajó el gasto medio por viaje? Por el descenso estrepitoso de la estancia media.