El personal de la empresa Cadagua, del grupo Ferrovial, que lleva a cabo las tareas de mantenimiento de las depuradoras de Vila y Sant Antoni amenaza con convocar «una huelga inminente». Los 11 operarios que trabajan en estas dos plantas, a la que se ha sumado la de Cala Tarida, justifican el posible paro, en pleno verano, ante la falta de respuesta de la empresa a sus demandas laborales, fundamentalmente la contratación de más personal por «la sobrecarga» de trabajo que soportan, más medios y una subida salarial. «Hacemos mucho más de lo que podemos. Ya no podemos más, y hemos dicho que se acabó», destaca el representante sindical (de USO) de los trabajadores, Diego Infante.

El representante sindical advierte de las consecuencias de una huelga en verano, lo que puede agravar «lo que está pasando», en referencia a los vertidos de aguas sucias que se producen, por ejemplo, cuando se atasca una bomba. Infante explica que la falta de personal empeora estos problemas. «A veces se ha tenido que dejar una planta sin personal para ir a atender la de Cala Tarida. Si llega una señal de alarma, cuando se vuelve a la depuradora el vertido ya lleva un tiempo produciéndose», dice.

«La huelga nos va a repercutir económicamente y también a los ciudadanos y lo sentimos mucho», dice Infante. Aún se tiene que decidir si se paraliza la actividad de forma indefinida o en momentos puntuales. «Estamos dispuestos a ir a una huelga indefinida», avisa.Sin respuesta de la empresa

Sin respuesta de la empresa

Los operarios enviaron un escrito a la empresa a mediados de junio en la que denunciaban sus carencias, pero no han obtenido respuesta. Infante también dice que los problemas están «enquistados desde hace tiempo». Cadagua gestiona estas plantas desde 2013. «Con las empresas anteriores no había problemas», dice Infante, que recuerda que ya tuvieron que acudir a los juzgados para mantener con Cadagua las mismas condiciones laborales anteriores. Este diario trató ayer infructuosamente de recabar la opinión de Cadagua.

El representante sindical explica que la plantilla no se ha reforzado pese a la incorporación de la planta de Cala Tarida, a la que se destina «un empleado», cuando tendría que haber dos. Las plantas de Vila y Sant Antoni cuentan cada una con cinco operarios. Además hay un jefe de planta, un adjunto y un capataz que se turnan en las tres instalaciones. En total, suman 14 trabajadores, cuando debería haber 16 (para Vila y Sant Antoni),según la contrata, dice Infante, a lo que se deberían sumar otros dos para Cala Tarida. Denuncian que, por «motivos de prevención y seguridad», no puede haber una persona sola en una depuradora.

También reivindican un vehículo de empresa para cubrir las guardias. Además de que se ven forzados a llevar a cabo tareas que no les corresponden, como «cortar el césped, limpieza de las dependencias y aseos o pintar los edificios», los operarios denuncian que tienen que asumir funciones de «una categoría superior» sin ser reconocido en sus contratos ni la nómina.

El salario es «tan bajo» que los trabajadores destinan «más de la mitad al pago de su vivienda». «En la Península, donde la vida es más barata, cobran más que nosotros. La gente no puede más», lamenta.