La espiral de subida de precios en los hoteles ibicencos se ha cortado en seco. Aunque todavía hay establecimientos de la planta hotelera de Ibiza que han podido mejorarlos respecto a 2017, empieza a ser norma general una congelación de las tarifas para estos meses de julio y agosto y, en numerosos casos, una reducción que llega a alcanzar porcentajes relevantes.

El presidente de la Asociación Hotelera de Sant Antoni y la Bahía de Portmany, Juanjo Planells, confirmó a este diario que dicha zona está viviendo actualmente un descenso respecto al año pasado que oscila entre un 3% y un 5%. «Estamos viviendo una temporada de desaceleración, pues en 2016 tocamos techo», afirmó Planells, quien recordó que «2017 fue un buen año, pero en 2018 ya se produce una bajada», que «no es alarmante, pero sí es evidente».

Planells está convencido de que el turismo «es algo cíclico» y la isla puede estar adentrándose en una fase de descenso después de haber escalado durante años hasta cotas nunca vistas. «En las próximas temporadas habrá bajadas, que quizá no serán importantes, pero en 2019 y 2020 también se producirá una disminución» en los ingresos hoteleros. «Vamos hacia un decrecimiento», constató.

El director general de Sirenis Hotels, una de las cadenas más importantes de la isla, Pedro Matutes, confirmó que en estos días «está costando más vender» las plazas que aún quedan libres para julio y agosto, si bien hizo la salvedad del turismo familiar, que «va bastante bien».

«Donde más se está notando esta dificultad es en la venta de última hora. No es que haya bajado una barbaridad, pero no hay una demanda tan potente como en los años pasados», añadió.

«No hay la alegría de antes»

Los niveles de descenso alcanzan un 5%, según Pedro Matutes. «No es mucho, pero es algo que ya se nota. No hay esa alegría que había hace dos años, cuando se tocó techo», manifestó.

Como consecuencia de esta situación, los precios no han subido lo que se esperaba a principios de año, cuando las perspectivas eran más optimistas para el verano. Según Matutes, «cuando hay una bajada de demanda, los precios se han de tocar». Aunque en su caso concreto «hay bastante estabilidad», admitió que «hay empresarios que están bajando cifras de dos dígitos». Se trata, en realidad, de una situación que ya se empezó a percibir el año pasado.

La necesidad de combatir el fenómeno de los pisos turísticos y, en general, la oferta ilegal de alojamiento en Ibiza es especialmente apremiante en estas circunstancias, según los hoteleros consultados. La fuga de clientes que sufren hacia viviendas fuera de la normativa no para de crecer y ello se suma a otros factores perjudiciales para el turismo, como es, por ejemplo, la ecotasa. Pedro Matutes señala que este impuesto «no ayuda», y menos después del aumento que ha experimentado su importe, por decisión del Govern.