El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Ibiza se está planteando la posibilidad de prohibir en sus zona de baño que los bañistas dejen abandonados sus bártulos en las playas para reservarse su espacio. Esta medida ya la han adoptado hace años otros municipios del litoral peninsular, como Torrevieja, Cullera o Gandía.

«Tendremos que empezar a pensar en hacer como otros ayuntamientos y adoptar medidas para evitar que esto pase», comentó al respecto hace unos días la concejala de Medio Ambiente de Vila, Montserrat García, en vista de ciertos comportamientos detectados este verano en las playas del municipio.

La semana pasada, varios vecinos de esta zona de baño de Platja d'en Bossa denunciaron que cada mañana un establecimiento situado en la primera línea de playa entre las calles Algarb y Mediterrània, instalaba un colchón de dos plazas, una sombrilla de terraza, de grandes dimensiones, y un unicornio inflable.

Los vecinos alertaron a la Policía Local de Ibiza de que esta instalación permanecía allí desde el momento en que abría el establecimiento, poco después de las diez de la mañana, y hasta que cerraba, cerca de la medianoche. Prácticamente toda la jornada.

Denunciaron estos vecinos que el objetivo de esta instalación es evitar que los bañistas se coloquen frente al restaurante en cuestión. Desde que se han adjudicado las concesiones de los lotes de hamacas en el municipio de Vila, el espacio de playa que queda frente al establecimiento está delimitado por dos bloques de tumbonas y es uno de los espacios libres de concesiones que hay en el último tramo de Vila de la playa.

«Tomadura de pelo»

El fin de semana pasado, los vecinos llamaron de nuevo a la policía local de Eivissa para denunciar el acoso que sufren los bañistas en esta zona de la playa, a los que presionan para que abandonen la zona arrojándoles arena, molestándoles y plantándoles colchón, sombrilla y unicornio casi sobre sus toallas. A pesar de que los vecinos y los bañistas ven cada día al personal del establecimiento colocar estos elementos, ellos negaron a la policía que fueran suyos y aseguraron que pertenecen a una vecina, cuyos datos tomaron.

En vista de la situación y ante la seria sospecha de una «tomadura de pelo», la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Ibiza señaló que deberán comenzar a plantearse aplicar medidas como prohibir y multar el abandono de los bártulos de playa abandonados para ocupar un espacio.