Las obras de sustitución de unos 500 metros de tubería del colector de aguas residuales de Cala de Bou, que ejecuta Abaqua entre el comienzo de la avenida Sant Agustí y la rotonda de la calle Albacete, están provocando unos atascos monumentales en la zona, según denunciaron ayer los responsables de los grupos municipales del PP en los consistorios de Sant Josep y Sant Antoni. Tanto por la mañana como desde las 19 horas, tanto la calle Albacete como la calle Cala de Bou hasta la gasolinera de la avenida Doctor Fleming se colapsan. Ambos viales absorben todo el tráfico procedente de Port des Torrent e incluso de calas como Bassa o Platges de Comte, debido a que sólo se puede circular por la avenida Sant Agustí en una única dirección, hacia Port des Torrent.

Neus Marí, portavoz del PP en Sant Josep, criticó que se haya esperado hasta la tercera semana de mayo para comenzar los trabajos y que aún esté levantada la calle con zanjas hasta de metro y medio de profundidad. A su juicio, «está provocando el casos circulatorio» cada día en «una zona turística que es la principal arteria de la zona». «Y lo hace por segundo año consecutivo», pues en 2017 ocurrió algo similar con las obras de la conducción de agua desalada.

José Sala, portavoz del PP en Sant Antoni, considera que «no tienen sentido a estas alturas del año», cuando se ha tenido todo el invierno y los primeros meses de la primavera para ejecutarlas. «Se producen unos atascos terribles», asegura, de manera que para llegar desde la calle Albacete hasta Sant Antoni se tarda, como mínimo, media hora. Ayer, a mediodía, ya había retenciones tanto en esa calle como en la de Cala de Bou, que transcurre paralela a la costa: «Es un ataque al turismo», comentó.

Desde el Consistorio de Sant Josep, una portavoz recordó que se trata de «unas obras de emergencia», debido al lamentable estado de la canalización de aguas residuales, que ha tenido una veintena de fugas en los últimos siete años. Abaqua ha comunicado al Ayuntamiento que acelerará todo lo posible esa intervención para que concluya antes de finales de este mes, algo que el popular José Sala ve «casi imposible». El Consistorio comunicó el día 22 de mayo que la duración aproximada de los trabajos sería «de un mes», plazo que acaba hoy, pues comenzaron el 21 de mayo.

Respecto a si no es la peor época para levantar zanjas en esa avenida, desde el Ayuntamiento insisten en que hubiera sido «mucho peor no haber comenzado», pues de esta manera se evitarán «más roturas y vertidos del colector». Una vez concluyan, posiblemente la semana que viene, queda otra fase pendiente que no se acometerá «hasta pasado el estío».

«No es el momento»

De esa imperiosa necesidad de cambiar la canalización da cuenta un empresario de la zona (que prefiere mantener el anonimato): «Cada año fastidian con obras, pero estas van más rápido que las de hace un año. Eso sí, hacen ahora lo que tenían que haber hecho hace tiempo, porque esas tuberías no paran de romperse; en cuanto empieza la temporada hay averías». De hecho, afirma, justo antes de que llegaran las excavadoras «ya hubo un par de vertidos».

«Entiendo que haya que hacer esto porque la canalización se rompe muy a menudo. Pero este no es el momento, sino en invierno», apunta Dora Carrión, propietaria de piscinas MD Portmany, negocio situado en plena avenida. Asegura que ha notado una bajada de clientes desde que se valló la zona, además de que hay «menos ambiente como consecuencia de que apenas hay tráfico».

También afecta al negocio de Santiago Ribas, propietario del bar Sa Famili. Ribas confía en lo que le han contado los obreros: «Dicen que van a acabar pronto y a tapar las zanjas», que obligan a los conductores a zigzaguear por la avenida, a cuyo paso dejan una nube de denso polvo. «Preferiría que acabaran ya con todo de una vez y que nos dejaran tranquilos», añade. Cree, no obstante, que era necesario acabar con el problema que generan continuamente esas tuberías: «Ya llevábamos dos roturas este año».

Jorge Ionescu, vecino de la barriada, ha sido práctico: ha optado por cambiar de trayecto para no caer en el embudo de Cala de Bou. Sube por la calle Albacete, gira por la calle Zaragoza y toma la de Ciutadella para salir a la PM-803 (la carretera entre Sant Josep y Sant Antoni). Asegura que le sale más a cuenta, especialmente por el tiempo que emplea, que tragarse el tapón que se forma desde la calle Albacete hasta la gasolinera de Doctor Fleming. Sólo recorre un kilómetro más que si la avenida de Sant Agustí estuviera completamente abierta. Como todos los vecinos y empresarios, entiende que se cambie el colector: «Lo que no comprendo es por qué se hace ahora».