El secretario general del Servei de Salut, Manuel Palomino, aseguró ayer, en la rueda de prensa, que los defectos estructurales del edificio del área quirúrgica de Can Misses, detectados el pasado día 7, podrían haber sido «fáciles de corregir durante el periodo de obra» del hospital.

Palomino señaló que consideraron estos errores como «el principal foco de riesgo» que pudo permitir la entrada de moscas en los quirófanos, por lo que llevaron a cabo el diagnóstico «zona por zona» y dividieron los trabajos en cuatro fases. Las actuaciones de la primera y segunda fase, en las que participaron un arquitecto y un ingeniero del Ib-Salut y 30 trabajadores de la concesionaria, consistieron en aislar conductos, «estanqueizar» todas las zonas y sellarlas.

En las extracciones de los quirófanos se detectaron unos acabados «bastante mejorables» en las embocaduras de extracción de aire, por lo que se decidió sustituirlas todas, 64 en total. También se cambiaron los filtros de los quirófanos, se limpiaron y certificaron los conductos y se crearon unos cierres para evitar entradas del exterior.

En la tercera y la cuarta fase está previsto modificar el acceso al quirófano de Urgencias y, a propuesta de los profesionales, crear un nuevo vestuario de entrada e incluir puertas automáticas con controles de acceso. Por último, se quitará el jardín de la terraza del quirófano y, la semana que viene, se auditarán todas las fachadas del hospital.