«Lo que ha sucedido ha sido lamentable. El capitán del barco se ha atrevido a pasar cerca del espigón, a menos de diez metros, lo que ha provocado el embarrancamiento del navío y nos ha sometido a una situación de estrés y de peligro tremenda», denunciaba ayer Juan Planells, uno de los 175 pasajeros del ferri de Baleària ´Pinar del Río´, que sobre las cinco y media de la tarde encalló junto al espigón de salida del puerto de Sant Antoni, sin que se produjeran heridos.

El ´Pinar del Río´, un catamarán de 74 metros de eslora con capacidad para 463 personas, había partido a las 15 horas de Denia con destino a la isla con 175 pasajeros, aseguró una portavoz de Baleària, aunque el 061 informaba de que a bordo viajaban 181 personas y 54 vehículos. Sobre las 17.30 horas, cuando el ferri arribaba al puerto de Sant Antoni, los viajeros sintieron como el fondo del barco chocaba con rocas, cuenta Cristina Muñoz, una de las pasajeras.

El servicio de emergencias 112, encargado de coordinar el dispositivo, indicó que el embarrancamiento no causó heridas a ningún ocupante de la embarcación. Los buzos descartaron, además, una posible fuga de combustible.

La evacuación del barco, que se realizó en lanchas y embarcando al pasaje por la popa, comenzó a las siete de la tarde y se prolongó hasta las 20.15 horas, momento en el que todos los que iban en el ferri pudieron llegar a puerto.

Imágenes desde el interior del barco encallado en Sant Antoni

Imágenes desde el interior del barco encallado en Sant Antoni

El centro de emergencias del 061 señaló que ningún viajero se vio afectado por el accidente, pero desde el buque sí se alertó de que algunos pasajeros estaban muy nerviosos, por lo que se envió un equipo médico y una ambulancia por si fuera necesaria su intervención. Según Cristina Muñoz, media hora después del golpe, con el barco parado, el pasaje había comenzado a inquietarse y preguntar qué sucedía ante la falta de información. Se les comunicó que el ferri había chocado con unas rocas y que no podía salir «ni para adelante ni para atrás», relata.

Mientras aguardaban a que comenzara el rescate, según diversos testimonios, fue aumentando el nerviosismo y el miedo a bordo. «La tripulación no sabía decirnos nada. Todos estábamos en cubierta, muy nerviosos. Angustiados. Había gente que iba entrando en pánico. Nadie nos informaba porque no sabían lo que iban a hacer», cuenta Carmen, otra afectada.

Los pasajeros estuvieron casi dos horas esperando. Cuando comenzaron a quejarse, la naviera anunció por megafonía que repartirían agua y café. Después de nuevas protestas accedieron a darles comida, puesto que antes del accidente el barco ya acumulaba dos horas de retraso y muchos habían pensado que llegarían a la isla a las 15 horas y planeaban comer ya en tierra. En el barco viajaban bebés y niños pequeños.Muchas quejas

Muchas quejas

«No ordenaron la evacuación inmediata y eso es lo más grave. Hemos estado dos horas dentro y el servicio de Baleària ha sido lamentable y pésimo. El pasaje ha estado muy nervioso porque no sabíamos si había entrado agua en el barco y nos estaban diciendo que iba a venir un remolcador», denunció Juanjo Planells.

«Baleària se ha preocupado más de ver qué problema tenía el barco y de llamar a un remolcador que de evacuar a la gente», subrayó por su parte Alfonso Núñez, familiar de uno de los viajeros.

Pasajeros y tripulantes del ´Pinar del Río´ comenzaron a ser evacuados del barco sobre las siete de la tarde por la popa del barco en una lancha de la Cruz Roja y otra del puerto de Sant Antoni a las que se unió posteriormente una tercera de Salvamento Marítimo. Aunque embarcaban en pequeños grupos, la operación fue rápida y a las 20.15 horas todos estaban ya en tierra.

Baleària trabajaba al cierre de esta edición en la retirada del barco. Según una portavoz, se estaba intentando sacar el ferri por sus propios medios, con la ayuda de los buzos y unos flotadores, aunque no se descartaban otras vías.