Un grupo de surfistas encontró en la mañana del martes 10 de abril cuatro carabelas portuguesas (Physalia physalis) en la orilla de la playa de es Torrent, en el municipio ibicenco de Sant Josep. Un día antes, al menos otras cuatro aparecieron en la playa de Migjorn, en Formentera, según informaron varios testigos.

En la zona de es Torrent, ante el peligro de sufrir las picadoras de estos peligrosos hidrozoos, los surfistas que las hallaron tuvieron que abandonar la playa y dar la voz de alarma. Especialistas del Centro de Recuperación de Especies Marinas (CREM) se desplazaron hasta el lugar y certificaron por la tarde la presencia de las carabelas en es Torrent. La picadura de la carabela portuguesa es muy peligrosa y puede incluso llegar a resultar mortal.

Al parecer, los ejemplares localizados en la zona del litoral ibicenco conocido como de es Torrent estaban vivos, señalaron los surfistas, porque aún tenían color azulado -cuando mueren se tornan transparentes-. La última vez que se detectó en Ibiza y Formentera un ejemplar de carabela portuguesa fue en el año 2013, en aguas próximas a Cala Bassa.

La Physalia physalis que, en puridad, no se trata de una medusa sino de un hidrozoo de la sublcase de los sinfonóforos, es fácilmente detectable a simple vista por su estructura violácea a modo de flotador que sobresale de la superficie del mar, que está rellena de gas y coronada por una cresta o vela que le ayuda a desplazarse utilizando el viento, lo que explica su nombre común.

Sustancia que puede ser letal

La sustancia venenosa que inocula esta especie a través de sus tentáculos puede ser letal en proporciones importantes, principalmente para personas con problemas cardiovasculares o de asma.

Los ejemplares de Physalia physalis suelen desplazarse en grupos pero no tienen capacidad de movimiento, por lo que están a expensas de las corrientes que se registran en el mar. Es originaria del Atlántico y llega al Mediterráneo entrando a través del Estrecho de Gibraltar.

Fuentes del Instituto de Ecología Litoral citadas por levante-emv.com indicaron que la presencia de estas medusas en el Mediterráneo "entra dentro de lo normal" y destacaron que "al menos es mejor que hayan aparecido en abril que en agosto, con las playas llenas de bañistas". Las mismas fuentes indicaron que la situación no es para alarmarse, pero sí hay que ser precavidos para evitar la picadura y en el caso de que ésta se produzca hay que acudir a Urgencias.