A principios del año pasado, la consellera insular de Bienestar Social, Lydia Jurado, aseguraba que una de las prioridades de 2017, con un presupuesto de 1,5 millones, era el traslado del centro de menores, que desde hace casi 10 años ocupa uno de los pabellones del antiguo cuartel militar de sa Coma. Sin embargo, la adquisición del inmueble se ha ido retrasando. «Ha habido cambios de criterio, el equipo técnico ha hecho aportaciones [una empresa externa asesora a la institución] y un cambio legal. Todo esto ha retrasado esta gestión», justificaba Jurado en el último pleno de la institución.

La consellera sostiene que a medidos de este mes se celebrará una reunión con la empresa asesora y los técnicos para cerrar de forma definitiva el documento con las condiciones de la compra del inmueble para que pueda salir ya a concurso público. «Espero que no se demore mucho. Esperamos sacarlo pronto, pero otra cosa son los plazos de la Administración, que son desesperantes», indica Jurado.

Tal y como ya dijo en el pleno, la consellera de Bienestar Social insiste en que pese a que sa Coma no es el lugar adecuado para el centro de menores, se han mejorado «considerablemente» el espacio y las condiciones de vida de sus residentes. «La situación en la que estaban era horrorosa. Se comenta muy poco pero era dramática. El anterior equipo de gobierno [del PP] no lo gestionó y me parece muy duro. No se podía seguir igual. Ahora es un hogar, a los chicos les encanta. Se ha cambiado completamente», indica.

En concreto, la consellera asegura que al asumir la tarea de gobierno en julio de 2015 se encontró con un panorama «desolador» con un edificio «obsoleto, abandonado, pero no sólo las instalaciones». «El equipo de trabajo no estaba integrado en la dinámica que se debía llevar. El centro era como un estigma. Hay que proteger a estos menores porque vienen de situaciones muy dramáticas en sus familias», dice, al tiempo que resalta que se ha cambiado la dirección.

Para mejorar este espacio, aparte de algunas «pequeñas reformas», fundamentalmente se ha mejorado «el clima, con mobiliario y la creación de una zona recreativa». «También se ha cambiado la zona del comedor... Se ha hecho que el centro sea más un hogar».

Los informes de los técnicos apuntan que el centro de menores se debe ubicar en «una zona de convivencia comunitaria, con acceso a las áreas de ocio, culturales, deportivas». «Cuando se acabe todo el proyecto de reforma de sa Coma será un espacio genial, pero mientras tanto no lo es», indica.

Abierto a toda la isla

Las condiciones que debe reunir el nuevo centro de menores son «muy específicas». Durante el primer año del mandato, el equipo de gobierno estuvo mirando diversas posibilidades. El concurso público no se ceñirá sólo al municipio de Vila sino que «estará abierto a toda la isla». «Hay zonas de Ibiza que cumplen los requisitos, aunque no vale cualquier cosa. Luego queda que los propietarios quieran presentarse... Hay una seria de circunstancias que podrían provocar que el concurso quedara desierto», reconoce Jurado.

En principio, el Consell busca una vivienda unifamiliar con «una zona ajardinada o espacio abierto» con un mínimo de nueve plazas. Actualmente, en sa Coma hay 13 menores bajo la tutela del Consell, pero es una cifra que «fluctúa mucho». «La media anual está en torno a nueve o diez», apunta.