La asociación sin ánimo de lucro Médicos del Mundo es un baluarte en las calles de Sant Antoni. Esta organización no gubernamental, que tiene una oficina también en ses Figueretes, persigue acercar y facilitar sus servicios de atención médica a personas que ejercen la prostitución, tanto en las calles de la localidad como en sus locales de alterne. Para ello, ha reabierto este mes la oficina que tenían el año pasado en la antigua sede del Ayuntamiento, en el Passeig de ses Fonts, donde las voluntarias tienden la mano a quienes la necesiten.

Roser Alenyar, que trabaja en la asociación como voluntaria, explica que «España es el tercer país del mundo que más prostitución consume, después de Tailandia y Puerto Rico», y que cada vez la sociedad está menos concienciada de la amplitud de la red que contextualiza este sector.

«Los adolescentes que empiezan a tener curiosidad sexual ven como un hobby la experiencia de 'irse de putas'», apunta otra de las voluntarias, que prefiere no dar su nombre.

Baleares es, según un informe de inclusión social realizado por la asociación en 2010, la comunidad autónoma con una mayor proporción de consumidores de prostitución.

Médicos del Mundo llevó a cabo el pasado curso unas jornadas de sensibilización en el instituto Sa Serra de Sant Antoni para intentar concienciar a los más jóvenes de que la prostitución «no es cuestión de ocio» y que las personas que la ejercen «no son objetos» y tienen una historia detrás.

Engañadas o secuestradas

«Casi todas vienen de Europa del Este y llegan aquí engañadas o secuestradas», asegura la voluntaria. «Existe entre los proxenetas la figura del loverboy, que se encarga de hacer creer a la mujer que se están estableciendo lazos naturales de amor entre ellos y la convence para que se vaya de viaje con él», narra.

«Cuando llegan aquí la obligan a prostituirse y ella ya no tiene otra salida». Y añade: «Las tienen amenazadas y a veces también a sus familias».

Internet

Lucía, otra de las técnicas, lamenta que internet y la facilidad para acceder a las páginas con contenido pornográfico son un factor agregado a la «falta de concienciación» sobre el sufrimiento y la mala situación en la que viven estas mujeres.

«Hay una falta de sensibilización muy grave en la sociedad», apunta esta voluntaria, «a nadie le gustaría tener una vecina que fuera prostituta, se ve como algo sucio. Las personas no se ponen en su piel y no saben lo que están pasando realmente».

El ejercicio libre de la prostitución no es ningún delito. Alenyar explica que hay mujeres españolas que se prostituyen por necesidades económicas, «a menudo para pagarse los estudios», pero matiza que «estos casos son minoritarios».

Las voluntarias de Médicos del Mundo sostienen que «en más de un 80% de los casos se trata de tráfico de personas con fines de explotación sexual» y sobre todo destacan que uno de los errores por parte de la sociedad es la demonización de las personas que ejercen la prostitución, cuando muchas de ellas son las principales víctimas.

«Muchas roban a sus clientes para saldar la deuda que las mafias les cobran para poder quedar libres», alega Roser. «Pero aunque la cuota impuesta a pagar quede saldada, después no saben qué hacer, es muy difícil para ellas obtener otro trabajo, por lo que siguen con la prostitución», apunta. Y agrega al respecto: «¿Qué pueden poner en el currículum vitae?».

Médicos del Mundo proporciona prestación sanitaria a estas personas, que son casi la totalidad mujeres. «Les realizamos pruebas gratuitas de enfermedades de transmisión sexual, les procuramos preservativos e intentamos concienciarlas de que hay que utilizar esta medida de protección», relata Alenyar. «Los clientes pagan más por mantener relaciones sin protección, y además, las chicas tienen mucha competencia entre ellas», advierte. «Casi todas tienen la mente echa polvo, y eso las conduce en numerosas ocasiones a consumir determinadas sustancias», cuenta Lucía. «Algunos clientes solicitan que ella esté en su mismo estado a la hora pagar para mantener relaciones», puntualiza.

Tarea de concienciación

Las voluntarias no esperan sentadas, de brazos cruzados, a que acudan a solicitar su ayuda, sino que se encargan de acudir personalmente a los locales de alterne para ayudarlas en la medida en que les sea posible. Principalmente se implican en la tarea de concienciarlas de que lo primordial es su salud. «Durante el periodo no dejan de trabajar, utilizan medidas que son muy antihigiénicas y que pueden generar infecciones», detalla Alenyar.

Según la concejalía de bienestar social de Sant Antoni, las prostitutas que trabajan de noche en las calles de Sant Antoni son las que durante el día trabajan en Ibiza. «En total hacen unas 12 o 14 horas», aseguran desde el Consistorio.

La oficina de Médicos del Mundo en Sant Antoni se cerró en septiembre del año pasado a causa de que el único médico voluntario sufrió un inesperado accidente, según explican desde la concejalía. La asociación pretende con su reapertura en la localidad amparar a estas mujeres y tratar la situación de la prostitución en Sant Antoni de forma más cercana. La asociación, además, llevará a cabo una campaña de concienciación.

Repartirán posavasos por diversos locales con un llamativo mensaje relacionado con el tema, y estudian otros proyectos para que la sociedad se acerque más a todo lo que esta actividad acarrea. «Nosotros les proporcionamos la ayuda que necesitan», afirma risueña Alenyar.