Un incendio forestal en sa Talaia de Sant Antoni, una colina pegada al límite norte del núcleo urbano, hizo saltar ayer todas las alarmas por la proximidad de las llamas a zonas residenciales, aunque finalmente sólo hubo que desalojar a dos personas de una vivienda en pleno bosque. El Institut Balear de la Natura (Ibanat) declaró el fuego estable a las nueve y veinte de la noche, tras arrasar ocho hectáreas de masa forestal.

Fue el propio técnico de medio ambiente del Ayuntamiento de Sant Antoni, Diego Ponce, el que dio el aviso al 112 a las cuatro de la tarde, tras divisar la humareda al volver del complejo deportivo de Can Coix. El fuego se inició junto al aparcamiento del merendero de sa Talaia, junto a la carretera de cap Negret. El viento de tramontana rápidamente lo extendió hacia el sur, superando la cima y acercándose peligrosamente a la zona residencial que se ubica en la falda de la montaña, junto a la calle Johann Sebastian Bach.

Dada la amenaza que suponía el incendio para las propiedades y los vecinos de la zona, se declaró el nivel 1. Así, buena parte de los 31 brigadistas y las dos autobombas del Ibanat se ubicaron junto a las viviendas para protegerlas en caso de que llegara el fuego.

En la calle Tramuntana, un camino sin asfaltar y sin salida antes de la rotonda de Cala Gració, perpendicular a la calle Johan Sebastian Bach, se agruparon una decena de vecinos en un tejado para seguir la evolución del incendio. Entre ellos, el presidente de los hoteleros de Sant Antoni y la bahía de Portmany, Juanjo Planells, que a las cinco y media de la tarde se mostraba esperanzado por la efectiva intervención de los efectivos contra incendios: «Al principio el fuego se ha extendido muy rápidamente y parecía que podría llegar a las casas, pero parece que lo van controlando». «¡Ojo, que viene para aquí¡», gritaba otro vecino desde el primer piso de una vivienda señalando a la colina. Los tres agentes del Ibanat que hay junto una motobomba se alarmaron, pero rápidamente se acercó un helicóptero para sofocas las llamas. En total intervinieron tres helicópteros y cuatro aviones para luchar contra el fuego, la mayoría venidos de Mallorca (en Ibiza sólo hay un helicóptero y una avioneta durante el verano).

La calle Johann Sebastian Bach, cortada al tráfico y donde se instaló el punto de control, reunió a centenares de vecinos y turistas que seguían con preocupación los trabajos del Ibanat, Policía Local, Guardia Civil, Emergencias, bomberos del Parque Insular y Protección Civil. Allí también se concentró la plana mayor del equipo de gobierno de Sant Antoni, encabezada por el alcalde en funciones, Pablo Valdés, quien mostró su satisfacción porque el fuego parecía que no iba a más, pero a la vez se preocupaba porque «sa Talaia es la cara de Sant Antoni y el fuego ha carbonizado una buena parte de la montaña, la imagen es desoladora». Pasadas las seis de la tarde, dejaban de verse llamas en la colina, aunque los medios aéreos debían esforzarse para refrescar toda la zona, que seguía humeando en abundancia. Al otro lado de sa Talaia, en la carretera de cap Negret, Nuria Moreno, vecina de la zona, todavía mostraba su piel de gallina tres horas después de salir de su casa: «Estaba comiendo y me ha llamado mi hijo a las cuatro y cuarto del Ocean Beach, todo alarmado, avisándome de que salía humo y se estaba quemando el bosque al lado de casa». «Todavía estoy nerviosísima», lamentaba.