Cerca de 200 personas se congregaron en el festival que la asociación sin ánimo de lucro Oceanic Global Foundation ofreció ayer en el agroturismo Atzaró, en Sant Carles. Con la intención de «concienciar a la sociedad de la importancia de proteger los océanos», como aseguró la fundadora de esta ONG, Lea d'Auriol, se reunieron 25 expertos en medio ambiente para ofrecer charlas sensibilizadoras.

Mientras los asistentes esperaban el comienzo de las ponencias (con más de dos horas de retraso) se entretuvieron viendo las 22 esculturas que expone en exclusiva la organización Proartso. Los artistas de este grupo emplearon las 50 toneladas de basura retiradas del mar ibicenco a lo largo de este año para reproducir animales marinos.

La figura más fotografiada fue la que representaba a una vaquita marina, el cetáceo más amenazado del mundo. «Se puede ver una vaquita de color azul intenso rodeada de otras 30 en negro, que son las que quedan en el mundo. Si no tomamos conciencia, solo quedará una», critica Nadia Cheveste, componente de Proartso.

La que más interés provocó entre los niños fue la que simbolizaba a dos pingüinos, madre e hijo, sobre un bloque de hielo compuesto de chanclas, gafas de buceo, teléfonos y carretes de vídeo.

Famosos entre los asistentes

Susan Rockefeller es conservacionista y cineasta y la temática de sus películas se basa en temas como la acidificación de los océanos y el futuro del mar. «Los océanos cubren el 70% del planeta y cerca de un millón de personas basan su dieta en el consumo de pescado. El mar está sobreexplotado y hay que hacer algo para que las personas entiendan la gravedad de la situación»

Manu San Félix, biólogo marino y fotógrafo de National Geographic afincado en Formentera, lleva muchos años dedicado a la conservación de los océanos. «La vida comenzó en el agua y es la principal diferencia de nuestro planeta en relación con los otros. Conservar lo que nos dio la vida es de una lógica aplastante. El 70% del oxígeno que respiramos procede de los océanos», recordó San Félix.

«El principal deterioro que sufre el mar proviene de los plásticos. Las botellas que lanzamos al agua se disuelven en microplásticos, los peces se lo comen y luego pasan a nuestro organismo. El plástico tarda 800.000 años en descomponerse», añadió Austin Gallagher, biólogo y fundador de Beneath the Waves (Bajo las olas).

«Nuestros océanos han absorbido el 25% de todo el dióxido de carbono presente en la atmósfera. Además, solo 15 kilómetros de posidonia produce el oxígeno suficiente para Ibiza, pero está desapareciendo», concluyó Matt Medved, director y fundador de Billboard Dance.