El sonido del agua pone su música particular al torrente de ses Fonts. Su rumor se escucha entre las cañas con más fuerza ahora que en los últimos años por mor de las intensas lluvias de este invierno, que han reanimado torrentes secos, avivado arroyos y abierto senderos de agua ya borrados en toda la isla, y que también han cubierto de verde la sombría torrentera en la que se encuentra la font des Verger.

A decir verdad, en esta fuente, que parece una pequeña capilla encalada, siempre hay agua y pasa la mayor parte de los días del año a la sombra. De ella extrajeron las cubas que hicieron falta para preparar el mortero de cal y arena empleado en la construcción de la iglesia de Sant Josep, en la primera mitad del XVIII, según hace constar el arquitecto Juanjo Serra en su ‘Inventari del patrimoni hidràulic de les Pitiüses’, en el tomo dedicado a este municipio y recogiendo datos a los que ya Joan Marí Cardona hacía referencia en el libro ‘Illes Pitiüses VI, Portmany’.

Ranas como habitantes

Ranas como habitantesA la sombra de los pinos y al pie de un muro de contención de piedra seca, esta pequeña fuente casi triangular -bien conservada, encalada y rematada por una bóveda de mampostería- está destinada tanto al suministro de agua para el consumo humano y del ganado como al aprovechamiento agrícola.

Desde ella y hacia el sur, se extiende una acequia, reconstruida con hormigón y bordeada de grandes rocas, que va a parar a una alberca cuadrangular en la que suelen habitar ranas y que se halla buena parte del día a la sombra de un tupido cañaveral. Aún más denso es el bosque de cañas del que surge el agua que alimenta fuente y safereig y desde el que llega el murmullo que reverbera en el valle en cuanto se inicia el descenso desde la carretera (es camí des Verger) hasta la obra hidráulica. A la altura del muro de contención, el cañaveral pasa a ser hierba baja y a través de ella se abren paso las pequeñas cascadas de agua.

A la derecha de la fuente se encuentra, cimentada sobre los restos de una pared, la pila habitual en estas construcciones, destinada a ser abrevadero y que a menudo era una pieza reutilizada de algún antiguo molino en desuso. Y, en el interior de la bóveda, se conserva el travesaño empotrado en las paredes que, si bien en muchas fuentes podía usarse para atar la cuerda con la que bajar el cubo para izar agua, servía también para sujetarse mientras se realizaba esta tarea.

En sa font des Verger se ha mantenido la tradicional ballada pagesa asociada a fuentes y pozos, aunque si antiguamente la fecha escogida para tal ceremonia era el 5 de agosto, festividad de Santa María de las Nieves, en los últimos años el día elegido a lo largo del mes de agosto no ha sido tan preciso. La ballada en esta fuente iba acompañada, además, de un peculiar mercado de frutas en el que se vendían, al atardecer, las manzanas que habían sido recogidas durante la mañana en el mismo torrente.