La isla de Ibiza cuenta, según los datos oficiales del Govern balear, con un total de 32 hectáreas de olivar, que es el cultivo inicialmente más vulnerable a la bacteria, si bien no el único. En Ibiza, el olivo siempre ha sido un cultivo muy minoritario, pues es mucho más abundante el almendro, con un total de 462 hectáreas censadas. Esta especie también figura entre las afectadas por la xylella, igual que los cítricos, de los que hay 85 hectáreas en la isla.

Ayer, el conseller insular de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Vericad, recordó que su departamento efectúa controles regulares en la entrada de plantas a la isla, mediante inspecciones en los barcos que llegan al puerto. Aunque admitió que «no se puede controlar cada maleta que llega», sí señaló que todos los cargamentos vegetales son supervisados para comprobar que disponen de la documentación fitosanitaria correspondiente. Aunque estos controles «se han hecho siempre», ahora se realizan de forma más estricta, aseguró.

Vericad recordó que existe un grupo de dirección para combatir la plaga, formado por el Govern y los consells, que va adoptando las medidas necesarias para tratar de erradicar esta situación.

Hasta ahora, se han hallado tres subespecies diferentes de la bacteria en Balears: la Xylella fastidiosa fastidiosa, la multiplex y la pauca. Las dos primeras han sido encontradas en la isla de Mallorca y la tercera, en Ibiza. No se ha detectado aún en Menorca ni en Formentera.