­-La publicación de su primer libro, ´Un paso al frente´, le supuso un arresto disciplinario de 139 días y ´Código Rojo´, la expulsión del Ejército. ¿Qué más le puede pasar?

-´Código Rojo´ es para demostrarle al sistema que no le tengo miedo. Después de todo lo que pasé en el centro disciplinario, cuyos episodios vividos los he denunciado, este nuevo libro es para insistir en que no me voy a rendir.

-¿Aún recibe presiones?

-Todavía me proponen, por medio de terceras personas, que si me callo y desaparezco por completo del mundo mediático me readmiten. Es increíble. Como persona crítica, pasas penurias. Sin embargo, si te callas, vuelves a tu vida normal como si no hubiera pasado nada.

-Entonces, está viviendo la corrupción que denuncia. Con ´Código Rojo´ también utilizas la ficción para criticar al Ejército.

-Sí. Al igual que ´Un paso al frente´, ´Código Rojo´ también es una novela. Ambas tienen carencias literarias obvias. Como digo siempre en broma, si yo tuviera talento, no me habría dedicado al Ejército. Con ´Código Rojo´ pretendo explicar el primer libro, donde denuncio toda la corrupción en el Ejército, el acoso sexual y laboral, el fraude, las malversaciones, los abusos de poder y contextualizar el porqué de todo esto. La mayoría de la sociedad, que no tiene ningún contacto con el mundo militar, desconoce lo que se está produciendo. Se trata de explicar el entramado mafioso que hay de compraventa de armas, medios de comunicación€ Es decir, todos aquellos intereses que permiten que las Fuerzas Armadas sigan siendo lo que son.

-¿En qué se diferencian sus dos obras?

-En ´Un paso al frente´ anticipé casos como el de Zaida [la historia de la mujer que sufrió acoso sexual en el ejército] y en ´Código Rojo´ anticipo escándalos como la venta de armas a Libia y a Argelia por parte de diferentes comisionistas. Entre ellos están José María Aznar, junto a Miguel Blesa. Por otro lado, hay elementos evidentes que nos hacen ver que algo está pasando en las Fuerzas Armadas y que no es nada bueno.

-¿A qué elementos se refiere?

-Siempre hablo de casos que están publicados. En el fraude de las facturas falsas del Ejército del Aire, hablamos de 10,5 millones de euros y las tarjetas black [de Caja Madrid y Bankia] son 12 millones. Hablamos de 3.000 oficiales o suboficiales que han estado involucrados en un fraude masivo. Pues esos señores son los que mandan a todos los soldados del Ejército del Aire. ¡Es un disparate! El caso ha acabado con multas y prescripciones y todos se han ido a su casa. Yo no creo que el caso de las tarjetas black termine así€

-También describe la relación entre Jaime García Legaz y el pequeño Nicolás.

-Esta conexión es muy siniestra. Jaime García Legaz es el que, en una Junta Interministerial, decide qué armas se venden a qué países. El año pasado, el principal cliente de España fue Arabía Saudí, que ha bombardeado Yemen. Según diferentes cifras, ha asesinado a entre 2.000 y 6.000 civiles. Son cifras aterradoras. ¿Cómo puede ser que Arabía Saudí sea el principal cliente de España? Es algo inaceptable y que personajes como el pequeño Nicolás estén en estas esferas es preocupante.

-También es muy crítico con el rey emérito Juan Carlos I.

-El rey participó hace poco [en mayo de 2014] en un intento de venta de 235 carros de combate Leopard a Arabia Saudí. ¿Esto qué es? Los medios lo publicaron como si fuera algo normal, pero no lo es. Juan Carlos I es una pieza clave en la venta de armas de este país.

-El ministro de Defensa en funciones, Pedro Morenés, reconoció haber firmado 32 contratos con su exempresa desde que es ministro€

-Lo de Pedro Morenés es una de las grandes infamias de España. En todos los países hay señores de la guerra, pero ninguno tiene la desvergüenza de convertirlo en ministro. Su nombramiento es como escupirnos en la cara a todos, pero nadie protesta. Morenés salió en el New York Times por vender bombas de racimo a la Libia de[Muamar el] Gadafi.

-¿Si repite Pedro Morenés como ministro de Defensa, se complica su regreso al Ejército?

-Mi regreso al Ejército es muy sencillo y, a la vez, muy complicado. Es sencillo porque es obvio que lo único que he hecho ha sido dar mi opinión del Ejército y denunciar corrupción. Esto puede gustar más o menos, pero es completamente legal. Lo complejo está en saber cuándo. Pedro Morenés puede complicar mi vuelta, pero igual que lo hará cualquier persona del Partido Popular. Hasta que mi caso no llegue a Europa, no regresaré a las Fuerzas Armadas. Por eso mi lucha está centrada en llegar a Europa.

-Hace cuatro días publicó una carta abierta muy crítica contra el Abogado del Estado. ¿Qué ha ocurrido?

-Su respuesta a mis alegaciones por la expulsión de las Fuerzas Armadas es insultante. Una de las frases es: «No alcanzamos a comprender por qué no aplaude enfervorizado una resolución que le libera de tan desagradable compromiso». Para mí, el problema no es el Ejército, sino el sistema, los tribunales militares y la corrupción de algunos de sus miembros.

-¿Por qué denuncia esta situación años después?

-Los militares no somos impermeables a lo que pasa en la sociedad. En 2011 se percibe un hartazgo de la ciudadanía y, por otro lado, se debe a mi situación personal. Yo entré en el Ejército como soldado en 2002. Al principio, vi un poco de corruptelas, pero cuando me convertí en oficial de Transmisiones vi un mundo militar que no tenía nada que ver con mi puesto anterior en el Centro Geográfico. Allí es cuando empecé a chocar con la estructura.

-¿Y qué ocurre?

-Hay dos elementos muy importantes: en 2009 cambio de unidad y en septiembre de 2011 firmo un contrato de larga duración hasta 2023. En 2012 me presento con cuatro o cinco denuncias e inicio un camino sin retorno: Yo quiero que esto cambie, por las buenas o por las malas.

-¿Se ha sentido solo?

-Sí, muy solo. Vivimos muy esclavizados de nuestro salario y muchos compañeros no me han apoyado por miedo. Sin embargo, creo que ´Un paso al frente´ marca un antes y un después y propicia la aparición de más libros sobre el mundo militar como el de Zaida. Han sido dos años muy duros, he perdido todo con esta historia. Mi vida ahora es el activismo y denunciar todo lo que está pasando.

-¿Se ha arrepentido alguna vez de emprender esta cruzada?

-¡Muchas veces! Es costoso e injusto. Yo estoy fuera de la institución mientras permanece el teniente coronel que acosó a Zaida. Necesitamos otras Fuerzas Armadas y se empieza por suprimir los Tribunales Militares.

-Algunos medios le describieron como el fichaje de Podemos.

-Denuncié al redactor de El Confidencial por esa noticia en la que también me acusaba de acoso. Esto hace mucho daño a la causa por la que estoy luchando.