­«Incident molest a prop des Racó Roig. Uns milionaris ens intenten botar fora... Diuen que és privat! Idò no, el Domini Públic és de tots!». Así se quejaba el pasado viernes en su cuenta de Facebook el conseller ibicenco de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Miguel Vericad, que lleva un veranito cargado de incidentes como este. El responsable de Medio Ambiente se está convirtiendo en la mosca cojonera de quienes se están apropiando de la costa como si fuera una propiedad privada.

La trifulca que contaba Vericad en Facebook tuvo lugar en una calita situada entre es Porroig y es Torrent, frente a tres islotes, s´Illeta Grossa, ses Illetes de Porroig y s´Illeta Petita Escull de s´Illeta. Justo encima, sobre el acantilado, hay una casa con una enorme piscina. Debajo hay unas casetas varadero que, según denuncia el conseller, «han cubierto los propietarios con grandes toldos para que no puedan ser usadas por nadie» y en las que se han realizado una serie de obras para allanar el firme así como un embarcadero . El problema con el que se encontró fue que cuando decidió desmontar y apartar esos toldos (que estaban atados) para tumbarse y tomar el sol le intentaron echar bajo el pretexto de que «era un lugar privado y que no se podía estar allí».

Denuncia ante Costas

«Tres adultos y tres menores, los propietarios de la casa, así como tres empleados que les acompañaban, vinieron a echarnos. Se aproximaron a las casetas a bordo de una embarcación auxiliar de un yate. Lo hicieron de malas maneras, como si fuéramos perritos maleducados. Nos gritaban fuera, que eso era privado». Incluso le amenazaron con llamar a la Policía, momento en que, en vez de achantarse, Vericad telefoneó al 112: «Pero se largaron justo cuando acudía la Policía Local de Sant Josep».

El próximo martes presentará una denuncia ante la delegación en Ibiza de la Demarcación de Costas de Balears (en la calle Aragón). El conseller recomienda que cuando alguien se encuentre con un caso similar llame a la Policía a través del 112 y después denuncie lo ocurrido ante el Ayuntamiento y la Demarcación de Costas para que quede constancia.

«Comportamiento mafioso»

Pero Vericad advierte de que aún es peor lo que sucede más al norte, cerca de Platges de Comte, pasado es Racó d´en Xic en dirección a sa Figuera Borda: «En esa zona hay un conjunto de cuatro o cinco casas de las que se ha hecho cargo un oligarca ruso. Allí amenazan directamente a la gente. En el momento en que vas caminando por la zona de servidumbre de costas o la zona de las rocas, aparece una gente con pinganillo que te amenaza gravemente». A su juicio, lo que allí sucede «es escandaloso. Es un comportamiento mafioso en la zona de dominio público. Esto no puede permitirse».

«Primero -cuenta Vericad- salen al paso un par de tíos uniformados de una empresa de seguridad reglada que, sin tocarte en ningún momento porque saben que se la juegan, no te dejan pasar e intentan obstaculizarte a pesar de que es la zona de servidumbre de paso. Primero te dicen que es privado. Se van poniendo delante para que no puedas acceder. Solo pasas si los esquivas. Si ellos no consiguen pararte, mandan a unos matones que con muy malas artes te echan con amenazas».

Asegura que si se accede nadando o en barca hasta una de las rocas, que también son dominio público, sucede lo mismo: «Aparecen unos señores con pinganillo. Uno de ellos es un mazas, un hombre de color de unos dos metros de altura, que te empieza a gritar en inglés que te vayas a mear a la puerta de tu puta casa. Te amenaza gravemente hasta que te achantas y te vas porque el grado de amenazas y violencia verbal es tan fuerte que piensas que te van a pegar».

Hamacas de obra en la costa

Abajo, en una especie de puerto, «tienen una autorización falsa de temporada», afirma Vericad: «Ignoro por qué no se la han quitado aún» desde Costas. En esa casa, donde entre otros se ha hospedado el actor Leonardo di Caprio, «han construido incluso unas hamacas de obra, unas obras que son ilegales».

La conselleria insular de Medio Ambiente, recuerda Vericad, ya denunció esa casa «porque sin ningún tipo de licencia se construyó un sótano de 500 metros cuadrados».

Testigo de esa situación (que se repite desde hace lustros) y de las amenazas ha sido el propio alcalde, Josep Marí Ribas: «Hace un año fuimos allí acompañados de un policía local, que identificó a los guardias». Vericad afirma que entre quienes se identificaron como trabajadores de esa casa «había policías de paisano».